La creación de una página web se está convirtiendo, cada vez más, en una cuestión de supervivencia para muchas empresas. Ahora más, desde la llegada del covid. Varias son las opciones que hay sobre la mesa. POM Standard es una de ellas. La diferencia respecto a otras de esta startup es que construyen la marca online de los clientes con una imagen sofisticada y basado en un método mixto.
Dicho método combina SAAS (Software as a service) y market place. Es decir, el mismo que utilizan miles de grandes empresas como Amazon, eBay, Wallapop, o Fiverr. “En lo que a SAAS se refiere, el software de gestión de todas nuestras webs es idéntico, y lo suficientemente versátil, como para que podamos crear cualquier diseño y concepto”, señala Germán Oronoz, fundador de la plataforma y CEO.
Gracias a ello, los clientes disponen de mejoras aunque no se las pidan a POM Standard, las funcionalidades nunca quedan obsoletas, y las webs siempre están seguras, actualizadas y optimizadas. Por lo que respecta al Marketplace, trabajan con diferentes diseñadores freelance, a la par que está estandarizado todo el proceso en la forma de hacer webs: desde captar el briefing a la check list.
“El cliente compra online su web, quedamos con él para hacer el briefing en una vídeollamada y el sistema le asigna a un diseñador que tenemos en cartera. Éste realizar el diseño, configuración y puesta en marcha del proyecto, el cliente valida el trabajo, y el diseñador cobra su parte”, especifica Germán Oronoz.
LAS TARIFAS DE POM STANDARD
Contratar a una buena agencia la realización de una página web tiene un precio de entre 6.000 y 15.000 euros el proyecto. Si se opta por una agencia más pequeña, su precio ronda los 2.000 euros. El problema es que, a posteriori, pueden surgir complicaciones a la hora de hacer customizaciones, mantener todo bien actualizado, y funcionando de manera segura. El precio parte de los 490 euros para los blogs, los 690 euros para las páginas webs, y los 990 euros para las tiendas online.
“Todo lo hemos financiado mediante bootstrapping, es decir, con los recursos que ha generado la propia empresa. Este ha sido el mayor reto”, indica Germán Oronoz. La inversión inicial rondó los 25.000 euros. Y no han faltado piedras por el camino: “Hemos afrontado momentos sin nada de liquidez, con estrés y ansiedad. Durante la pandemia hubo crispación y proyectos que se cayeron”, recuerda.
De cara al futuro, su intención es crecer un 40% respecto a 2020, y llegar a una venta 100% online. “Tener una marca lo suficientemente sólida como para generar la confianza para que nos compren webs como quien pide un Cabify”, argumenta el fundador de POM Standard. Y concluye: “Nuestra misión es inspirar un cambio en la forma de crear webs y democratizar la capacidad de tener una imagen online hasta hace poco solo accesible para grandes compañías, para empoderar a pymes y autónomos”.