Desde la escalada de Donal Trump a la presidencia de los EEUU, estamos presenciando como -una tras otra- las comparecencias del presidente se están convirtiendo en auténticos catalizadores de los mercados.
Hasta ese momento, las decisiones de los banqueros centrales prevalecían sobre las del resto. Una ley no escrita en los mercados financieros es la de «compra con el rumor, vende con la noticia». En el mismo sentido, la teoría de la especulación nos indica que las noticias las descuenta el mercado antes de que se produzcan. Un ejemplo muy claro lo vemos en la actual fortaleza del dólar, que ya descuenta la próxima subida de tipos por parte de la Reserva Federal el próximo 13 de junio.
Con todo ello, nos encontramos con un nuevo e inesperado invitado al baile de las noticias en los mercados, Donald Trump, que por lo imprevisible de sus comunicados está ganando un protagonismo que quizás no le debiera corresponder.
De manera previa a su posible victoria, todo hacía indicar a que los mercados no comprarían su mandato. Sin embargo, desde su llegada el índice referencia a nivel mundial, el S&P500, ha alcanzado máximos históricos.
Ni la reforma fiscal, ni la destitución fulminante de altos cargos de su administración, ni los peligrosos «coqueteos» con Corea del Norte y Rusia, ni la guerra comercial con China, ni la reciente ruptura del acuerdo nuclear con Irán han debilitado ni un ápice el poder de presión del presidente de los EEUU.
Si bien es cierto que muchos de estos movimientos estaban en su programa electoral, incluidos en su famoso «bullshit», refiriéndose a políticas que no le gustaban en absoluto, otras muchas siguen generando incrementos de volatilidad en las bolsas.
La última, el bloqueo de Irán, ha provocado un ascenso del precio del barril de Brent hasta máximos de los cuatro últimos años. Estaremos pendientes de los próximos movimientos del máximo mandatario a nivel mundial.
Francisco Sánchez-Matamoros, analista de XTB