La muerte de la Superliga en pleno parto ha provocado un severo desgaste personal para los empresarios y periodistas que impulsaron esta especie de NBA futbolera que fue advertida desde el minuto 1 como un club de millonarios que querían ganar dinero y títulos con privilegios.
En el plano mediático, la caída de la competición alivia a medios como Marca, productoras como Mediapro y plataformas como Movistar. Especialmente implicado en la batalla mediática se ha visto al diario deportivo, que utilizó las portadas para editorializar contra la nueva competición.
Marca, en manos de Urbano Cairo (dueño del Torino, rival de la Juventus) respira al igual que el tándem Movistar-Mediapro, que controlan los principales derechos futbolísticos en España (la primera comercializándolos y la segunda produciéndolos).
LAS PENAS
La Superliga también había encontrado a mediáticos defensores. Es el caso de varias estrellas cercanas de una u otra forma al principal impulsor de la competición: Antonio García Ferreras, Josep Pedrerol, Manu Carreño y Eduardo Inda.
Carreño no se cortaba: «Se habla de un club de ricos que quiere ser esta Superliga y habría que recordar que la UEFA y la FIFA son un club de ricos establecidos, esto es cuestión de dinero. Durante años los clubes más poderosos del fútbol europeo llevan hablando con la UEFA para que el dinero se reparta de otra manera, la UEFA no quiere y ahora se han juntado 12 y han dicho ‘ahora vamos a repartir el dinero como consideremos'».
Inda por su parte llegó a comparar a Santiago Bernabéu con el actual presidente blanco: «El uno construyó su equipo ganador sobre la base de un argentino irrepetible, Alfredo Di Stéfano Laulhé, y el otro lo hizo de la mano de Cristiano Ronaldo en una primera etapa y de Mbappé en esta segunda que se apresta a levantar el telón».
«El primero levantó el Bernabéu y el segundo está erigiendo el SúperBernabéu. Más allá de todo eso, les une un común denominador: cambiaron a mucho mejor el mundo del fútbol. Bernabéu convirtió un negocio endogámico, ensimismado, proteccionista, en el deporte rey a nivel mundial», añadió.
PEDREROL SE IMPLICÓ EN LA DEFENSA DEL PROYECTO
Pedrerol, tras la derrota del proyecto, calificaba de «terrible» la «presión de la UEFA. El fair play financiero será menos estricto. City, tranquilo, gasta lo que quieras pero quédate. PSG, no hace falta que te lo diga, no tiene límite tampoco. Catar, Emiratos, enhorabuena. Y luego el Chelsea, el fútbol humilde con un multimillonario ruso».
El periodista deportivo se implicó en la defensa del proyecto: «La UEFA ha ganado la batalla. La FIFA también. La Superliga era una buena idea con algunas lagunas: ¿Qué pasaba con los equipos invitados?, ¿con las Ligas locales?, ¿con el reparto del dinero? Que no nos vendan la moto. Ganan los que deciden que el Mundial se juegue en Catar, los clubes estado, el City y el PSG. Ahora ya podrán gastar lo que quieran».
«Según Tebas, también gana La Liga… Por eso en España hay que pagar 100 euros al mes para ver fútbol en la tele. Gana La Liga, por eso Tebas quiere jugar partidos en Miami, por eso el Cádiz–Madrid es hoy a las 10 de la noche. Para que lo vean los niños. Que no nos vendan milongas. El fútbol es un negocio. Los aficionados somos lo último. Lo único que les importa a los que mandan es mantener su cortijo», añadió.
Ferreras también se fajó con el asunto: «¿Los responsables públicos de Europa van a destinar 5.000 millones de dinero público a paliar las pérdidas de estos doce clubes? Solo buscan regenerar un fútbol que está machacado por la pandemia».