El día a día de los autónomos nunca ha sido fácil, pero la situación se ha agravado todavía más desde que ha comenzado la pandemia. Aunque trabajar para uno mismo y poder dedicarse a algo por lo que se siente pasión está muy bien, muchos profesionales dados de alta en el RETA no consiguen que su actividad sea tan rentable como debería.
Con muchos negocios cerrados por decisión administrativa y otros sufriendo limitaciones de aforo y horario, el número de autónomos cuyos ingresos están por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) está en aumento. Situación que preocupa especialmente a las asociaciones que representan al colectivo.
1La era de los trabajadores “pobres”
Desde que comenzó la crisis de 2008 se ha producido un curioso fenómeno. Cada vez hay más personas que tienen un empleo pero que no ganan lo suficiente como para cubrir sus necesidades básicas. Esto ocurre entre los asalariados, pero también entre quienes deciden trabajar por su propia cuenta.
Sin embargo, los asalariados cuentan con el SMI como respaldo. Una cifra mínima que se debe abonar a todo aquel que trabaje por cuenta ajena a jornada completa. En el caso de los autónomos no hay un mínimo mensual de ganancias aseguradas, lo que gana el profesional depende de su trabajo y de la capacidad de pago de sus clientes.
Con la demanda de productos y servicios a la baja en muchos sectores, y el incremento de los niveles de morosidad, muchos autónomos se encuentran ahora en una situación especialmente complicada, con unos ingresos que no les permiten subsistir.