sábado, 23 noviembre 2024

La guerra entre Colau y Haibu: dosis de espionaje y demandas cruzadas

La guerra abierta del Ayuntamiento de Barcelona contra Haibu 4.0, la empresa de los ‘pisos colmena’, se encuentra en un momento álgido, con cruce de sanciones y demandas en los tribunales; junto a dosis de espionaje en Madrid.

Haibu 4.0 tiene poderosos enemigos debido a que no es un negocio en sí. Su actividad consiste en dar una solución habitacional temporal a personas que atraviesan una delicada situación económica. Las condiciones para poder entrar es ser residente en las ciudades donde opera la compañía, esencialmente trabajadores con empleo precario; divorciados y separados con cargas familiares y manutenciones; y parados, a quienes buscan un puesto a través de Empresas de Trabajo Temporal. Así lo ha explicado Marc Olivé, responsable de Haibu 4.0, a preguntas de MERCA2.

El principal problema de Haibu es el posible incumplimiento de la normativa urbanística de las ciudades, ya que alquila por una modesta cantidad habitáculos de apenas tres metros cuadrados, el espacio para una cama y una mesilla, si ésta entra. El resto de la vivienda son zonas comunes.

«En el caso de los alojamientos con espacios comunes complementarios, el espacio privativo tiene que tener una superficie útil interior no inferior a 24 metros cuadrados, y los espacios comunes complementarios una superficie útil no inferior a seis metros por alojamiento, si bien, en ningún caso, el sumatorio de ambas superficies útiles puede ser inferior a 36 metros cuadrados», según estipula el decreto de medidas urgentes de la vivienda. Haibu 4.0 no cumpliría con estos requisitos establecidos, por lo que podría ser objeto de sanción.

EL ‘ESPIONAJE’ EN MADRID

Pese a ser un ‘hobby’, como define el propio Olivé, las administraciones públicas aún no han recibido oficialmente a Haibu 4.0. En vez de ello, han optado por las sanciones, cierres de sus establecimientos -incluidos los de exposición-, y llegado al espionaje, como el de la diputada madrileña Mercedes González (PSOE).

La política socialista se hizo pasar por una posible inquilina, en vez de sentarse con la empresa. ‘Cazó’ a la política socialista por sus férreos controles de seguridad, ya que indagan en los mínimos detalles para evitar que se cuelen personas que realmente no necesitan este servicio. Poco después, González aseguraba que ya tenía al menos diez bloques de vivienda para albergar a personas, con más de 300 residentes en total, repartidos por la Comunidad de Madrid.

Según Olivé, González se ha negado a mantener reuniones con él para explicarle el proyecto. Además, le denunció ante la Fiscalía Provincial de Madrid por un presunto delito continuado de estafa. Según se afirma en la denuncia, la empresa Haibu 4.0 Colmenas SL había puesto en marcha su negocio sin autorización tanto en la capital como en el municipio de Pozuelo de Alarcón. Según la denuncia, se incumplirían las normas de habitabilidad. De esta forma, se estaban comercializando habitáculos en alquiler, con unas medidas de 1,2 metros de alto por 2,2 metros de largo, por precios que oscilan entre los 175 y 275 euros al mes -con la pandemia los precios oscilan entre los 120 y 150 euros-. Los inquilinos debían abonar una fianza de 300 euros para poder formalizar el contrato.

Esta red de pisos colmena fue cerrada en Madrid, con una mala publicidad. «Todo esto se va a adjuntar» en la demanda, ha sostenido Olivé, quien desconoce a qué interés responde Mercedes González por haber estado cargando contra nosotros, sin que se haya reunido con el equipo promotor. Según ha explicado, los filtros de seguridad detectaron que la diputada socialista solo dio como verdadero su nombre en el registro, el resto de datos eran «falsos«. Comprobaron que era ella a través de su perfil público de Twitter.

Olivé no ha esperado para presentar su estrategia. En primer lugar, ha demandado a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y a su mano derecha, Janet Sanz, junto a la CUP; la alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín; y contra la diputada socialista en Madrid Mercedes Gonzalez.

El empresario pide de uno a cuatro años de inhabilitación por un presunto delito de prevaricación. A la CUP le pide daños y perjuicios por su derecho al honor. «Esperamos que la historia de David contra Goliat se vuelva a repetir en pleno 2021″, ha dicho Olivé a preguntas de este medio. A su juicio, existen «grietas importantes donde podemos dar caña a los políticos».

Sobre Colau ha recordado los polémicos contenedores reconvertidos en soluciones habitacionales. De hecho, la superficie de estas viviendas es inferior a lo estipulado por la ley. Sus «dimensiones interiores de sus 30 metros cuadrados«, frente a los 36 metros del decreto. Para las familias, por contra, se han establecido contenedores reciclados con 60 metros cuadrados.

COLAU BUSCA LAS COLMENAS DE BARCELONA

«Trataremos de conseguir la inhabilitación, de uno a cuatro años«, ha afirmado el empresario, que esgrime como argumentos las negativas del Consistorio barcelonés a reunirse con él. «Es un posible delito de prevaricación», ha señalado. En este sentido, Colau precintó tanto las oficinas como su exposición, pese a no residir presuntamente nadie en las mismas. Este asunto está ahora recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Además, el Ayuntamiento amenazó con imponer una sanción de un millón de euros.

Para empresario, el concepto de los pisos colmena es más un hotel que vivienda, pero aún así necesitaría las pertinentes licencias. «Se está estudiando la posibilidad de hacer hoteles colmena», ha indicado, para ello se realiza la ocupación de las habitaciones, abonando la rentabilidad pactada. Cocina y otros servicios no se podrían utilizar, y los residentes sólo acudirían para dormir. Las zonas comunes estarían en «locales comerciales cercanos» al establecimiento, una forma de ocultar la nueva vivienda al Ayuntamiento.

Olivé ya no muestra a los periodistas las instalaciones de sus colmenas, como hizo hace años. Ahora están totalmente ocultas a los ojos del público. No desvela ni la ubicación, ni el número de residentes, según ha dicho a MERCA2. Cualquier pista pondría a Colau en sobreaviso. Eso sí, se muestra desafiante. «Vamos a abrir más de los que ellos pueden cerrar», ha afirmado. La empresa de los pisos colmena busca ahora hoteles «en bancarrota» para impulsar este negocio. «Es un campo de oportunidades», más durante la pandemia por la pérdida del turismo.

MALA RELACIÓN CON SU EXSOCIO

La relación de Olivé con su exsocio se ha deteriorado. Según ha explicado el empresario se intentó vender la franquicia sin consentimiento a una serie de inversores, al tiempo que se aceptaba la entrada de turistas en los pisos colmena.

La discrepancia entre ambos radicaba en que Haibu 4.0 es un ‘hobby’ para ayudar a las personas que no pueden abonar alquileres altos. Es un plataforma temporal para que la gente ahorre, pueda abonar facturas y hacer frente al pago de pensiones de manutención junto a otros gastos. De hecho, la cuota mensual es muy baja en comparación con el resto del sector, de unos 120 euros, más de la mitad de lo que costaba antes de la pandemia. Este bajo montante, en comparación con los precios de los alquileres, «ayuda a la gente», ha considerado.


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