Los operadores de telefonía tienen un problema de márgenes, precisamente en el negocio de la telefonía. La captación de clientes se ha convertido en una utopía para la mayoría, y las altas que consiguen llegan con un menor valor relativo. Así se explica la escapada a otros negocios como seguros, electricidad o seguridad. Todo por retener. Y sobre el tapete, la posible fusión de MásMóvil y Vodafone; y lo que puede pescar Euskaltel y sus propios negocios. Todo para volver al mismo sitio.
El último informe de Barclays sobre Euskaltel deja claro que los movimientos previstos por el operador de origen vasco van en la buena línea. Entre ellos destaca la venta significativa de su red de fibra e, igual de importante, su intención de estar atenta a los sobrantes de la fusión entre Vodafone y MásMóvil. Todo ello, eso sí, con la convicción de que haga lo que se haga, prácticamente, todo influirá de forma negativa en los márgenes de los operadores.
Esos sobrantes, conocidos como ‘remedies’, son los activos de los que tendría que deshacerse la compañía resultante de la fusión para que los organismos de competencia -europeo y español- validen la operación. El objetivo es que no se generen dos compañías con amplio posición de dominio (Telefónica y MásMóvil/Vodafone).
Pero todo este movimiento que, supuestamente, acaba con el cuarto operador que ha agitado el mercado serviría de poco. Sobre todo porque Euskaltel se va a mover -en sentido financiero- para ampliar su huella en toda España a través de su marca Virgin Telco.
Bajo este escenario, pase lo que pase con la posible fusión entre MásMóvil y Vodafone, así como los potenciales ‘remedies’ a los que accedería Euskaltel, la situación quedaría igual. Si los órganos de competencia obligan a amarillos y rojos a tener que deshacerse de activos de red a un precio barato en favor de los vacos, o incluso Digi, se alimentaría el desarrollo de un nuevo cuarto operador que, con mayor capacidad de infraestructura a un coste menor, agitaría de nuevo el mercado.
MÁSMÓVIL Y LOS ACUERDOS
En la Cara B de la historia, con unos ‘remedies’ en los que no existen grandes obligaciones, la situación en realidad sería la misma, sobre todo porque la regulación española es muy favorable al negocio mayorista. Ante esta situación, los postulantes a cuarto operador, sobre todo Euskaltel y Digi, no tendrían que hacer un gasto extra con estos sobrantes.
Aquí entraría en juego el mercado mayorista. Y otro invitado que tendría mucho que decir: Orange. Pese a que el nuevo CEO de la compañía en España, Jean-François Fachaller, ha manifestado que deben revisar su estrategia de alquiler de redes, lo cierto es que el operador naranja no tiene muchas alternativas para mantener líneas de ingresos recurrentes con la captación de clientes. Por eso el negocio mayorista, aunque sea para engordar a un nuevo cuarto operador, sería una opción.
Y es que los acuerdos entre compañías, al margen de lo que dicte la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), se han convertido en un clásico. En este sentido, Digi y Telefónica podrían seguir explorando su alianza mayorista, que tan buenos resultados le está dando al operador azul; y habría que ver si en esta hipotética fusión de MásMóvil y Vodafone, los rojos darían su brazo a torcer y entrarían de nuevo en el negocio mayorista del que recelan desde hace unos años.
En este contexto, y pese a que muchos quieran eliminar a MásMóvil, al menos al actual, lo cierto es que nada cambiaría. Euskaltel ya ha iniciado los pasos con Virgin Telco para ocupar su lugar. Si no, estará Digi, o Finetwork, o Avatel… y cualquiera con una regulación favorable para seguir creciendo y metiendo presión.