El Real Madrid se clasificó el pasado miércoles para las semifinales de la Champions League con un discutido y discutible penalti en el tiempo de descuento. Este hecho provocó una brutal reacción popular en las redes sociales. Y Juanma Castaño, consicente de lo que se cocía en Twitter y WhatsApp, abrió así su programa de ‘El Partidazo’ de COPE: «El Madrid está en semifinales en medio de un escándalo de tamaño mundial y que puede ser recordado durante muchos años».
Estas palabras contrapuestas con las del propio Castaño tras el milagro aliñado por escándalo arbitral del Barcelona el año pasado prendieron la mecha con Real Madrid TV como montador de tan incómoda comparativa. Y el audio se hizo viral y alcanzó el vesturario: Lucas Vázquez protestó por el antimadridismo latente e Isco calificó el monólogo del periodista asturiano de «vergonzoso» por su «doble vara de medir». El periodista intentó entonces apagar el fuego. Lo hizo admitió algunos errores y cargó contra el futbolista malagueño: «Es un poco desagradecido. No conmigo, sino con la COPE. A esta emisora hubo un momento en el que más que Cadena COPE había que llamarla Radio Isco. Estuvimos dos años dando la matraca con Isco, Isco, Isco. No pides que te den las gracias, pero no esperábamos este tiro de gracia por parte de Isco».
Castaño se explicó: «Dije que estábamos ante un escándalo, un lío o una polémica mundial, porque eso fue lo que se generó. Ahí dije que los madridistas hablarían de milagro mientras que los que no lo eran iban a hablar de robo. Milagroso para unos, robo para otros. Yo no me mojé, no dije nada. Pequé de no dar énfasis en la alegría de que volvemos a tener a un equipo español en semifinales. ¿Por qué no lo hice? Porque me inundó todo lo que estaba pasando en ese momento».
Por último cargó contra la televisión merengue: «Vi que Real Madrid TV corta las repeticiones en las que se demuestra si hay o no fuera de juego. Deberían cortarse un poco a la hora de dar lecciones de periodismo. Me estás diciendo a mí cómo debo hacer los programas. El corte que hicieron no es verdad ni mentira. Es sencillamente sesgado y malintencionado. Es un montaje que no refleja lo que se dijo en las dos horas de ‘El Partidazo’. Ni un día, ni otro».
El propio Castaño ha admitido posibles errores de interpretación, pero desde Real Madrid TV y otros medios afines al club se ha desatado una batalla abierta contra el supuesto antimadridismo que anida en la prensa deportiva. ’90 Minuti’, programa estrella de la televisión merengue, se ha escogido al periodista asturiano como diana perfecta. No es de extrañar esta situación, ya que ’90 Minuti’ sigue la tradición de los programas satíricos de Globomedia, que nunca ha escondido sus colmillos. David Gistau definió al show presentado por Miki Nadal como un «engendro para ejecutar venganzas personales».
Sea como fuere, es evidente que detrás de esta batalla se esconde la falta de sintonía entre el club y la emisora, ya que una de las estrellas de la cadena de los obispos es Manolo Lama. Pero el Real Madrid no es la único que mira con suspicacia a COPE, ya que varios miembros del antiguo equipo de deportes no han dejado pasar la ocasión. Ha sido el caso de Walter García: «Juanma Castaño es un pobre pelele que tienen Manolo Lama y Paco González para que lleve a cabo las ejecuciones, estrategias y líneas que ellos marcan. Porque los dueños, los jefes de la tribu y los que marcan editorial y camino son Manolín Lama y Paquito González. A éste se le alaba, a este se le baja. Sabe toda la profesión que Juanma Castaño con tener un micrófono a pie de campo para hacer la pelota a Villa y a dos colegas más ya tiene bastante, porque no da mucho más de sí si sale de lo que tiene que leer».
Y el ex jefe de los deportes de COPE, José Antonio Abellán, tampoco tiene en alta estima a sus actuales responsables, tal y como explicó en El Español: «Dos compañeros de profesión, que van por la vida de auténticos como Paco González y Manolo Lama, a mi espalda y mientras mi equipo luchaba conmigo, no solo ocuparon nuestro lugar de trabajo sin esperar a que recogiéramos si no que además se pusieron la condición a Cope de que no tuviera micrófono en los siguientes tres años y que intentaran como fuera que no volviera a trabajar nunca. Les aterraba que mi competencia en cualquier otro medio les hiciera fracasar su ambicioso proyecto. Y además de a mí, metieron en una lista negra a una serie de compañeros y sus familias a los que condenaron al exilio».