Joan Laporta es ya presidente del FC Barcelona, y lo es por Jaume Roures. El expolítico de Solidaritat per la Indepèndencia ha conseguido reunir en el último minuto los 124,6 millones de euros para poder cumplir los requisitos del club blaugrana y ocupar ahora el palco. Un cuarto de este montante, los ha dado el presidente de Mediapro en la madrugada de este pasado miércoles. Roures no estará en el consejo, pero ha sido el artífice de que Laporta pueda volver a controlar las riendas del FC Barcelona, eso sí, manteniendo la línea marcada por el desaparecido Johann Cruyff.
Laporta y el resto de los miembros de su junta directiva firmaron en la madrugada de este miércoles el contraaval. Lo hicieron sobre las 02.00 horas, en la notaria ‘Sultán’, junto con los máximos responsables de Audax y Jaume Roures. Los papeles contenían los avales de 70 millones de euros necesarios para evitar la repetición electoral y un ensordecedor ruido que recorrería el mundo.
Antes de la firma, el equipo directivo sólo contaba de facto con 50 millones de euros de Banco Sabadell, un montante asegurado casi desde el inicio de la campaña electoral, pero aún faltaba el segundo tramo de los 124,6 millones. La búsqueda de un fondo a través del bróker de Jaime Botín resultó finalmente infructuosa, mientras en paralelo se sucedieron maratonianas negociaciones con Audax y Jaume Roures, invitado de honor a la fiesta.
ROURES NO SE SIENTA EN EL CONSEJO
La cotizada no podría avalar directamente, pero sí sus máximos ejecutivos, José Elías y Eduard Romeu, presidente y vicepresidente de la energética. Ambos aportaron 40 millones conjuntamente, según han corroborado fuentes conocedoras de las negociaciones a MERCA2 y tal como ha publicado Expansión. Sin embargo, el artífice real de que Laporta sea ahora presidente del FC Barcelona tiene nombre y apellidos: Jaume Roures, según destacan las fuentes consultadas por este medio.
El empresario audiovisual y dueño de Mediapro firmaba el aval de 30 millones de euros. «Es el verdadero caballero blanco», afirman las fuentes conocedoras a este medio. De hecho, no pidió nada a cambio de este montante. Lo ha hecho por barcelonista, «por cruyffista«. Este es el motivo principal de la rúbrica del magnate del fútbol español, dueño de los derechos de imagen de la mayoría de equipos de La Liga, pero no del Real Madrid ni del FC Barcelona, con quien mantiene litigios relacionados por la emisión de partidos.
A Roures y a Laporta les mueve su pasión por Johan Cryff, al que ven como el dios del fútbol. Sus lazos se han estrechado durante la negociación. El presidente de Mediapro no ha ocultado su pasión por el fallecido entrenador, mientras el nuevo presidente del FC Barcelona le recuerda en cada acto, como hizo el día de la victoria electoral, al ponerse una mascarilla con el 14 del ‘flaco’. En su discurso como vencedor el pasado 7 de marzo, Laporta se deshizo en elogios hacia el fallecido entrenador.
UN INTERÉS DEL 1%
«Johann seguro que nos ha ayudado; nos inspira con todas las decisiones que tenemos que tomar. Esta candidatura es cruyffista«, afirmó el presidente del Barça. No es la primera vez que Laporta mantiene el espíritu de Cruyff tan vivo, lo hizo durante toda su etapa anterior en el mismo club, donde se consiguieron el sextete y quizá los mejores años de la historia del FC Barcelona, con Josep Guardiola en el banquillo.
«Quien ha salvado los muebles es Roures», han considerado las mismas fuentes. «No ha pedido nada, tan sólo el coste del aval«, han afirmado. Se estima que el interés impuesto es ínfimo en comparación con el requerido por otros negociadores. «Del 1% o muy poquito», han indicado las fuentes consultadas. Roures no estará en el consejo, pero además tampoco pidió asiento ni contraprestaciones. Lo hizo de forma «desinteresada», al menos de momento.
Un 1% de interés anual es una cantidad muy baja respecto a las exigencias de otros avalistas, que han llegado a pedir hasta el 7% en un mercado con los tipos de interés en mínimos históricos.
A LA ESPERA DEL MEGACONTRATO DE LA LFP
Los derechos de imagen podrían estar tras esta operación desinteresada. Mediapro perdió los derechos de imagen del FC Barcelona en 2015. Fue Telefónica quien se hizo con este contrato tras pagar 140 millones por las retransmisiones de los partidos, junto con otros 40 de patrocinio. Según Roures, su oferta era más alta. Sin embargo, la cúpula de Sandro Rosell aceptó una prima de 13,3 millones adicionales por temporada durante los siguientes años. A cambio, Telefónica utilizaría la imagen de los jugadores del Barça en Latinoamérica. Entonces el Barça gozaba del mejor Messi y del astro brasileño Neymar.
La Liga de Fútbol Profesional firmó en 2018 el mayor contrato audiovisual de su historia por un montante total de 3.421 millones de euros, llevándose a cabo un sistema de reparto para los clubes en función de una serie de requisitos.
La llegada de Laporta coincide ahora con la nueva adjudicación de la LFP por los derechos audiovisuales de los campeonatos de primera y segunda división. Se estima así, que el equipo de Laporta comience a negociar para sentar las bases, más cuando se espera que el público vuelva de nuevo a los estadios este mismo mes de agosto. Los operadores tratan de bajar los precios, pero la situación de los clubes no es la mejor tras la merma de la pandemia.
A finales del pasado año, el FC Barcelona ganó la demanda que interpuso Mediapro contra el club por la emisión del encuentro contra el Atlético de Madrid. Ahora, la junta de Bartomeu preparó una demanda por fraude, pero está en manos de Laporta llevarla a los tribunales.
LA MALA RELACIÓN ENTRE ROURES, ROSELL Y BARTOMEU
La relación de Roures con los últimos presidentes tras la era Laporta ha sido muy mala. Llegó a demandar a Sandro Rosell por un supuesto espionaje, pero la justicia dio la razón al ex del Barça. «No existen indicios suficientes que justifiquen la continuación del procedimiento contra el investigado», apuntaba la Audiencia Provincial de Barcelona en su sentencia..
En 2018, el millonario ejecutivo desveló que Mediapro puso encima de la mesa 300 millones de euros por un contrato multianual para poner su nombre en el Camp Nou. Sin embargo, la operación no fructificó. Tras cuatro reuniones, en las que el ahora imputado Josep Maria Bartomeu estuvo presente, se paralizaron las negociaciones por sendas demandas entre el club y la empresa audiovisual por unos contratos de publicidad estática por valor de 1,5 millones de euros. Hay otros litigios también en liza.