A finales de 2020 Amper presentaba un ambicioso Plan Estratégico. Después de un año pandémico donde la exigencia ha sido máxima, la compañía no reparó en optimismo y predice un volumen de ingresos sobre los 700 M€ para 2024. Lo que no está del todo claro es cómo va a aflojar la tensión de costes relacionados con los gastos de personal.
En concreto, según los últimos resultados financieros de Amper, la cifra de negocio en 2020 alcanzó los 200 millones de euros, un 9,2% más que en 2019, y de los que casi la mitad fueron a parar a gastos de personal (94,3 M€). En el pasado ejercicio el volumen de empleados se situaba en torno a los 1.800 trabajadores, cifra que se eleva casi a los 2.200 al cierre de 2020.
Al margen del ERTE presentado el pasado año, con motivo de la pandemia, todos los miembros del Consejo de Administración del Grupo Amper y de todas las compañías filiales se redujeron sus dietas en un 50% con respecto a un mes normalizado en el tiempo de duración del ERTE. En este contexto, según ha podido conocer MERCA2 en fuentes del sector, hay cierta inquietud por saber cómo afrontará la empresa estos elevados costes de personal.
La situación reflejada en las cuentas se sitúa dentro de los planes de Amper. La estrategia de crecimiento inorgánica, impulsada desde 2019 y que ha ampliado el perímetro de la empresa, ha llevado a un aumento significativo de la estructura operativa que se refleja de manera muy visible en los costes de personal.
AMPER DEBE HACER LA DIGESTIÓN
El pasado reciente de Amper está repleto de agitación corporativa. Algo que llega hasta el último nombramiento del exministro Pedro Morenés como presidente no ejecutivo. Pero tras las adquisiciones de los últimos ejercicios, y con el covid mediante, la compañía ha replanteado su Plan Estratégico y reformulado el horizonte a 2021-24.
Los datos de dicho plan están muy estructurados: 700 M€ en 2024, gracias al crecimiento orgánico como a las posibles adquisiciones, con un ebitda de 100 M€. Así, de alcanzar estos objetivos, la compañía multiplicaría su facturación por 3,5 con respecto a 2020. Por otra parte, el plan mantiene una deuda constante de 40 M€. De esta manera, Amper prevé un apalancamiento por un total de 110 millones, para la realización de las inversiones necesarias, por un importe de 150 M€. El ratio de apalancamiento no superará las tres veces el ebitda.
Bajo este escenario, Amper también ha ejecutado un giro en su cartera de servicios y clientes. Como resultado de las adquisiciones, ha pasado a tener una cartera de proyectos con marcado carácter industrial en detrimento de los servicios tecnológicos. Esta situación, advierten algunos expertos del sector, se dejará notar en los márgenes. Los servicios tecnológicos y de ingeniería ayudan a la caja más que los servicios industriales.
Pese a todo, Amper tiene el horizonte más tranquilo de los últimos años. Para 2021 se prevé un nuevo crecimiento derivado de la agregación de compañías. Pero se deberá controlar la deuda neta de los próximos años. Algo que, según la compañía, tiene garantizado en su Plan Estratégico. La inercia de la cartera de proyectos, que sobrepasa los 340 M€, y seguir obteniendo rentabilidad de las compras pasadas deben alentar el optimismo. Mientras, los pesimistas pueden observar ese gasto de personal disparado.