En estos momentos el consumo de carbón nacional en territorio español debe estar sobre el 10-15% del total consumido. Por lo tanto, el impacto de la descarbonización que buscan todos los países será relativo para España. Pero esto no debe ser motivo para abandonar a su suerte a las cuencas mineras que todavía se ganan la vida de esta manera.
Lo evidente es que se puede hacer algo. No pilla por sorpresa a nadie. La electrificación a base de renovables debe ganar peso para cumplir con los objetivos comunitarios tanto a 2030 como 2050, donde la exigencia es plena. En este contexto el Gobierno empieza a asumir sus funciones.
Así, el ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha enviado sendas cartas al vicepresidente de la Comisión Europea, Maroš Šefčovič; y al comisario de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, donde manifiesta el apoyo del Gobierno a la adhesión de España a la Plataforma de Regiones del Carbón en Transición.
El objetivo de esta Plataforma impulsada por la Comisión Europea es, dentro del contexto de la transición energética, consolidar un proceso de transición justa, de reactivación económica y de desarrollo alternativo para lograr la transformación de las comarcas mineras ante los retos con los que se enfrentan estas regiones.
OBJETIVOS PARA NO DEJAR ABANDONADOS
Asimismo, la Plataforma pretende facilitar el intercambio de información sobre fondos y programas europeos de ayudas, el diálogo sobre el marco normativo y el intercambio mutuo de buenas prácticas entre las regiones afectadas.
Las Comunidades Autónomas de Castilla y León, Asturias y Aragón formarán parte del equipo país que participará en dicha Plataforma, junto con representantes del Ministerio de Energía. Estas comunidades podrán presentar directamente sus proyectos concretos.
Las próximas reuniones de la Plataforma están previstas para el próximo junio y octubre, celebrándose en Bruselas y Polonia respectivamente.
En este contexto de transición energética, el Gobierno tiene como objetivo lograr que el coste de la energía sea lo más competitivo posible para el consumidor doméstico y para la industria. Por ello, ha reiterado que las tecnologías más eficientes deben desempeñar su papel en el mix de generación, cumpliendo siempre con los objetivos medioambientales y de reducción de emisiones.