El acuerdo que logró la OPEP en 2016 para reducir un excedente global mediante el recorte de una parte importante de la producción de petróleo llevó un año de negociaciones y cálculo de riesgo. Para fin de año, el grupo podría haber perdido la misma cantidad de crudo sin buscarlo.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo ya reduce la producción diaria mucho más que los 1,2 millones de barriles previstos. La crisis económica de Venezuela afecta a su industria petrolera y lleva la producción al menor nivel en décadas, además de estimarse que es probable una mayor caída. Si el presidente estadounidense Donald Trump también restablece las sanciones contra Irán, la declinación no prevista del grupo podría duplicar los recortes programados.
Eso plantearía un dilema a Arabia Saudí y a Rusia, los líderes del acuerdo de recortes. ¿Deben permitir un ajuste aún mayor del mercado de petróleo pero correr el riesgo de que los mayores precios afecten a la demanda o impulsen una ola aún mayor de shale estadounidense? ¿O deben cerrar la brecha mediante un aumento de la producción pero en el proceso poner fin de forma prematura a su histórico acuerdo?
“Cuando pensamos sobre fin de año, es una combinación de Irán con Venezuela”, declaró Helima Croft, jefa de estrategia de productos primarios de RBC Capital Markets LLC en Nueva York. “Podría haber un restablecimiento de las sanciones de EE.UU. contra Irán. En Venezuela hay una lenta hemorragia, y siguen sumándose pérdidas”.
Derrumbe venezolano
Arabia Saudí y Rusia, que durante años fueron rivales en el mercado de petróleo, formaron una coalición de 24 naciones de la OPEP y países que no son miembros de la organización con el objetivo de eliminar el excedente producto del auge del shale de EE.UU. El acuerdo ha superado las expectativas. El excedente desaparecerá de los inventarios en dos o tres meses, según la Agencia Internacional de Energía, y los precios del crudo Brent están por encima de los 70 dólares por barril, el nivel más alto en tres años.
El derrumbe de la industria petrolera de Venezuela ha contribuido a los objetivos del grupo. La producción diaria del país de 1,5 millones de barriles está 560.000 barriles por debajo del nivel de octubre de 2016, el punto de partida especificado en el acuerdo de recorte. Es más de cinco veces la reducción prevista.
La crisis económica del país latinoamericano no da muestras de ceder y la producción podría caer a 1,1 millones de barriles por día para fin de año, según la firma consultora Rapidan Energy Group de Washington. La declinación será aún mayor si EE.UU. cumple la amenaza de imponer nuevas sanciones después de las elecciones previstas para mayo, dijo Rapidan.
La pérdida de tal cantidad de crudo venezolano podría generar un ajuste de los mercados petroleros mucho más de lo que buscaban la OPEP y sus aliados. Las crecientes tensiones entre EE.UU. e Irán podrían agravar aún más el déficit de oferta.
El próximo mes el presidente Trump revisará el compromiso de EE.UU. con un acuerdo internacional que restringió las actividades nucleares de Irán a cambio de un levantamiento de las sanciones. Trump ha adoptado una posición muy crítica en relación con el acuerdo y hace poco destituyó a altos funcionarios que apoyaban el pacto, a los que reemplazó por figuras más hostiles al acuerdo.
Grant Smith para Bloomberg