En épocas tan convulsas y difíciles como la actual, entre crisis, pandemia y luchas de todo tipo, emergen siempre y especialmente figuras que son ejemplo de vida con su educación, esfuerzo y respeto. Sin duda en España el primero que nos viene a la cabeza es Rafael Nadal. No sólo es el más grande deportista de nuestra historia sino ya uno de los mejores a nivel mundial. Pero viendo el vídeo que os vamos mostrar cuando tenía 16 años, podemos tener la perspectiva de quién era y quién es, básicamente la misma persona luchadora y humilde como se ve en el vídeo.
Con 16 años Nadal tenía los pies en el suelo
Con esa edad ya era un diamante en bruto y ocupaba un meritorio puesto 112 del mundo. Aún no había explotado en la élite pero ya mostraba unas cualidades que le señalaban como la nueva estrella del tenis español. Sin embargo, lejos de creérselo, se le ve prudente y humilde, indicando que le quedaba mucho por recorrer. No se marcaba metas concretas aunque reconocía que no le gustaba perder y que trabajaba para ser mejor cada día. Vamos, lo que sigue haciendo ahora, después de 20 Grand Slams, 35 Masters 1000, un oro olímpico, 4 Copa Davis y numerosos récords casi imposibles de superar.
En la entrevista, Nadal asegura que su ambición era «llegar lo más arriba posible», ser un buen jugador de tenis, aunque es «difícil» al haber «mucha competencia». Su humildad se manifiesta en la charla cuando le confiesa al entrevistador que al ser el más joven, siempre tiene la sensación en enfrentamientos que todos juegan mucho mejor que él. Pero, al final, se define como «luchador» y que «nunca le gusta perder», por lo que las cosas se nivelan.
Elogios como jugador y como persona
Las reacciones a ese vídeo no se hicieron esperar en Twitter, alabando su compromiso, su humildad y señalándole muchos como ejemplo a seguir. Afortunadamente, en un país como este donde a veces no se es profeta en tu tierra, las sensaciones y admiración con Rafa Nadal son tanto o más fuertes y sinceras con el balear. Es de lo poco donde casi hay unanimidad entre todos: que Nadal no sólo es un campeón y un deportista ejemplar, sino una persona digna de seguir su ejemplo.
Los que más le admiran, destacan sobre todo las enseñanzas que se derivan cuando pierde y no en la victoria, donde también es un caballero. En la derrota, que han sido las menos, es donde se ver la verdadera cara de un campeón, y Nadal siempre ha demostrado ahí todos los valores que atesora, inculcados por su familia, especialmente su tío Toni, que fue su entrenador buena parte de su carrera. Ahora entrena con otro grande y paisano, Carles Moyá, que mantiene ese espíritu de lucha y entrega pero mejorando siempre aspectos de su juego.
Un Nadal igual pero reinventado
Si en lo personal y anímico siempre ha sido el mismo, demostrando que nada ni nadie le hará cambiar, en lo deportivo ha tenido el sacrifico y la ambición bien entendida de mejorar y ser mejor cada día, motivado seguramente por esa sana e irrepetible competencia entre él, Djokovic y Federer. Esta retroalimentación a tres bandas ha hecho que los tres batan récords totales o entre ellos, y que aún hoy sigan dominando el circuito, a pesar de la irrupción de nuevos valores como Tsitsipás, Zverev, Thiem o Medvedev. En los últimos 15 años, los tres han copado la mayoría de Grand Slams y gran parte de los Master 1000, acumulando hitos en la raqueta.
Pero el caso de Nadal ha sido especialmente meritorio por las lesiones. Es con diferencia el que más torneos se ha perdido por lesión y siempre ha vuelto más fuerte. Con la llegada de Moyá, además, cambió aspectos de su juego, como el saque, para hacerle más completo aún y compensar el lógico bajón físico que será inevitable. Muchos pensaban que por su juego estaría retirado a la edad de Borg, pero a sus 34 años para 35 sigue ganando y batiendo marcas, sobre todo al igualar la de Federer de 20 Grand Slams, que parecía inalcanzable. Con su decimotercer Roland Garros lo lograba, y se postula en la lucha por ver al final quién de los tres es el GOAT, el más grande de todos los tiempos. Desde luego, por humanidad ya lo es, y deportivamente está muy cerca. No será por ganas y lucha, además de su talento innato.
Los récords que ponen más en perspectiva el vídeo
Para terminar y así darnos cuenta mejor de la magnitud de las palabras de un Nadal con 16 años, veamos algunos de los cientos de récords estadísticos que ostenta, muchos de los cuales serán imposible igualar o batir, ni siquiera acercarse, sobre todo en tierra batida. Los más increíbles lógicamente están en este superficie, no sólo por los 13 RG, sino por ser el que más títulos de la historia tiene en esta superficie. Tiene además la increíble marca de más de 10 títulos en un mismo torneo: RG, Montecarlo (11) y Barcelona (11), algo que sólo tiene Federer en dos torneos 500, uno de hierba (Halle) yo otro de pista dura (Basilea, su ciudad natal).
También posee la mayor racha de victorias, con 81 seguidas, que acabó truncando un tal Federer en la final del Masters 1000 de Hamburgo, curiosamente también sobre el polvo de ladrillo. En ese periodo ganó la friolera de 13 títulos seguidos en arcilla. Si eso es algo irrepetible, lo es más porque su ritmo de victorias en este superficie se ha mantenido en el tiempo.
Otro récord de otro planeta es que que sólo ha perdido tres partidos en toda su vida a cinco sets tras ganar los dos primeros, el último desgraciadamente reciente en el Open de Australia, frente a Tsitsipás. Sus porcentajes de victorias, sobre todo en tierra, y sus cara a cara con jugadores, son los más altos en casi todos los casos. Pero lo mejor es que parece que todavía hay Nadal para rato; y lo mejor aún, que sigue siendo el mismo que el chaval de vídeo que miraba con ilusión pero prudencia su futuro.