sábado, 23 noviembre 2024

El colapso bancario: se cerrarán 20.000 sucursales en los próximos años

España será testigo de un cierre masivo de sucursales bancarias. El creciente empuje de la digitalización, el exceso de número de establecimientos que históricamente han tenido las entidades españolas y el efecto concentración por las fusiones amenazan con hacer desaparecer más de 20.000 sucursales a lo largo de la próxima década, según los cálculos de JP Morgan. El recorte vendrá acompañado, a su vez, de decenas de miles de despidos y salidas. Además, las previsiones y los estudios que están encima de la mesa acerca de este apocalipsis para el sector apuntan a que el grueso se concentrará en los próximos años.

El negocio bancario español ha sido tradicionalmente de venta a través del canal físico. Así, durante muchos años, especialmente con el boom inmobiliario, las oficinas bancarias crecían por la geografía española como setas. Una política de expansión que todavía tiene su reflejo en la actualidad. De hecho, España es el segundo país de la Unión Europea, solo por detrás de Francia, que más sucursales tiene con 483 por cada millón de habitantes. Una cifra, además, muy alejada de la media comunitaria que está situada en torno a los 250 establecimientos, según los datos del BCE.

Pero la progresiva implementación del canal digital en la vida cotidiana de las personas ha ido cambiando esa concepción. Así, el negocio bancario a través de internet no solo ha ido creciendo con fuerza, sino que además se ha acelerado en los últimos años. En concreto, creció en 14 puntos básicos entre 2009 y 2014, al pasar del 23 al 37%, mientras que en los cinco años siguientes el aumento ha sido de 18 puntos porcentuales, hasta el 55% en 2019. En 2020, gracias a la pandemia, ese efecto ha sido incluso más marcado.

EL AVANCE DEL CANAL DIGITAL EN ESPAÑA

De hecho, algunas de las grandes entidades españolas superan ampliamente esa cifra del 55%. En concreto, BBVA, Banco Santander y Caixabank se acercaban de media al 65% de penetración digital a finales del año pasado. Un crecimiento que proseguirá en los próximos años. «La transformación digital debe seguir estando a la vanguardia de las estrategias de los bancos españoles con un enfoque en ampliar la base de clientes digitales y cerrar más sucursales», incide JP Morgan sobre el futuro de las firmas del sector. Más si cabe, cuando en el horizonte aparecen los gigantes tecnológicos, los cuales, según cree la firma de inversión, querrán ganar más presencia en el negocio bancario.

Una predicción que hizo propia, por ejemplo, BBVA recientemente. Así, el consejero delegado de la entidad, Onur Genç, explicaba en primer lugar a los inversores que el negocio «se está convirtiendo cada vez más en un negocio de tecnología (…) que es un coste fijo que es mejor repartir entre más clientes». A su vez, el turco también señaló que el creciente empuje de las tendencias digitales en la entidad les estaba proporcionando «espacio» para «profundizar» en los recortes en su estructura de costes. En otras palabras, que ser más digital permite cerrar sucursales y, a su vez, reducir el número de trabajadores.

Pero la pregunta importante es cómo se cuantifica esa relación de vender más vía internet y necesitar menos sucursales. Para dar una respuesta convincente, JP Morgan ejecutó recientemente un estudio estadístico (sencillo, pero muy eficaz) de los datos históricos, denominado correlación, que encontró que por cada punto que crezca el porcentaje de ventas digitales se puede reducir un 2,8% de las oficinas bancarias. Unos resultados con una altísima confianza, medido como R cuadrado, con una valoración de 0,96 en el que el uno es la máxima puntuación posible.  

SE PRODUCIRÁN CERCA DE 14.000 CIERRES HASTA 2025

Así, ese fuerte incremento de las ventas digitales ha provocado que las entidades españolas hayan puesto el foco en reducir drásticamente el número de oficinas -y trabajadores-, entre finales de 2020 y el 2021. El último en unirse será BBVA, que pronto deberá hacer oficial la cifra de salidas, aunque las últimas informaciones hablan de 3.000 empleados. Una cifra que casa a la perfección con la relación estadística utilizada por JP Morgan, por cada incremento del 1% de las ventas se cierran un 2,8% de las oficinas, lo que supone que la firma bilbaína podría cerrar al menos 900 sucursales en los próximos meses.

Aunque no serán las únicas. De hecho, los cálculos de JP Morgan es que se cierren más de 14.000 sucursales hasta 2025, respecto de las cifras de 2019. En concreto, la firma de inversión espera que el número de oficinas en el país sea de tan solo 10.846 una vez que las ventas digitales alcancen el 75%. Pero va más allá. Así, espera que una vez que el canal digital ocupe el 80% del negocio bancario en España esa cifra se reduzca a 7.300 y, finalmente, que una vez llegue al 85% apenas queden en el país 3.900 establecimientos bancarios. Para entonces, la cifra de cierres superará los 20.000 y se espera que sea antes de 2030.

El problema, para los trabajadores de las entidades y las localidades que verán como se quedan sin sucursales, es que el único asterisco que tiene el informe JP Morgan es el tiempo de ejecución. Así, el cierre de oficinas bancaria podría ser incluso más rápido. Entre las razones que esgrime la firma de inversión estaría, por un lado, la fuerte penetración de internet y, a su vez, de los terminales móviles con el 87 y el 91%, respectivamente. Por otro lado, el alto número de tarjetas y el rápido crecimiento de los pagos vía aplicaciones móviles.

LAS FUSIONES CÓMO SOLUCIÓN EFICAZ PARA CERRAR SUCURSALES

Además, el estudio del banco de inversión no tiene en cuenta otro factor vital: el proceso de concentración que vive el sector. En los últimos años, el cierre de sucursales ha avanzado más lento que el crecimiento de las ventas digitales. La razón es que las entidades españolas estaban sumidas en lo que los académicos llaman war of attrition o guerra de desgaste. En pocas palabras, esa política se fundamenta en que la entidad que más tarda en cerrar la oficina en cierto lugar -sea una calle, un barrio o una localidad- es capaz de robar la clientela de aquellas obligadas a bajar el telón.

Lo anterior, funciona mientras el canal digital todavía es pequeño. Por ello, la llegada del covid-19 ha cambiado el escenario forzando una solución de máxima eficiencia: las fusiones. Básicamente, la unión de dos bancos permite cerrar las oficinas que ambos mantienen cerca sin perder su clientela. De ahí, que analistas, expertos y directivos siempre repitan el mantra del «encaje geográfico». Un eufemismo que simplemente quiere decir que las entidades que se van a juntar en una sola mantienen un número muy elevado de sucursales juntas.

En definitiva, esa solución de máxima eficiencia conlleva inevitablemente que se acelere el cierre de oficinas que antes no se estaban produciendo. De hecho, la fusión de Caixabank y Bankia supondrá la salida de 8.750 empleados y el posible cierre de algo más de 2.500 sucursales. Unas cifras enormes que suponen un ahorro de hasta el 42% de la base de costes del banco nacionalizado. Por ello, a medida que otras entidades busquen incrementar esas operaciones las cifras de cierres de sucursales no solo pueden llegar antes, sino incluso ser mayores.


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