Tras la potenciación y generalización de la tendencia hacia lo digital que trajo consigo la pandemia, el mercado del arte no se ha quedado rezagado a la hora de buscar nuevas vías para seguir comercializando obras. Para ello, galerías de arte y casas de subastas se han lanzado a la búsqueda de nuevos formatos y vías de comunicación para conseguir vender en un sector en el que las visitas presenciales a exposiciones y ferias por todo el mundo son un elemento esencial. En este contexto, el director gerente del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Evelio Acebedo, comparte con MERCA2 algunos detalles sobre cómo este emblemático espacio artístico español camina en la senda de lo virtual, así como de las formas con las que un museo de su calibre puede seguir registrando ganancias económicas a la vez que Internet continúa provocando una democratización de la cultura.
La realidad virtual o el uso de WhatsApp como canal de ventas son algunas de las propuestas con las que el mercado del arte ha tratado de adaptarse. Frente a esto, los museos también han profundizado en un camino que ya habían iniciado.
«La digitalización permite llegar a todo tipo de audiencias a nivel global, a la vez que hace posible adecuar nuestra oferta a las necesidades e intereses puntuales que responden a la diversidad de cada tipo de público», valora Acebedo, consciente de los potenciales de la red, entre ellos la especialización. El último proyecto digital del museo: un podcast lanzado en Spotify e Ivoox estrenado el pasado 8 de febrero. De una hora de duración, en su primer episodio el guía Guillermo Solana y el propio Acevedo cuentan cómo es el día a día del trabajo en un museo. En futuras publicaciones, otros expertos hablarán de exposiciones o labores propias de los galicistas, conservadores, etc.
«Nuestro objetivo estratégico es avanzar hacia un modelo híbrido en el que la experiencia presencial y la digital sean equilibradas y complementarias», explica el director, seguro de que la experiencia física es «insustituible» frente a lo virtual. Por descontado queda, además, que los nuevos servicios lanzados tras la pandemia no desaparecerán cuando amaine, sino que «se quedarán, se mejorarán y se incrementarán».
Preguntado por cómo se concilia una oferta gratuita a través de Internet con el mantenimiento de los ingresos, Acevedo explica que esto es algo que ya llevan tiempo haciendo: «Las visitas online a nuestra colección y a nuestras exposiciones temporales han sido siempre gratuitas, mientras que por las presenciales se paga una entrada, aunque también se ofrezcan gratuidades en ellas. La realidad ya es mixta en este aspecto«.
De esta forma, desde el Thyssen señalan que, al igual que las galerías de arte, los museos también pueden adaptarse correctamente a la virtualización, además de seguir con flujo de caja pese a ofrecer servicios gratuitos: «Todos los museos ofrecemos iniciativas específicas por las que hay públicos que pagan porque reconocen su valor. Esa combinación es la mejor baza para avanzar en la democratización de una oferta cultural de calidad».
EL THYSSEN SE ABRE A NUEVOS CANALES; NUEVOS INGRESOS
Como confirma Acevedo, la colaboración público-privada o la oferta de servicios de pago a públicos específicos ayudará a los museos a seguir ganando dinero. Es el caso de la alianza entre el Thyssen y Samsung por la que entre 2019 y 2020, el museo utilizó televisiones de la marca surcoreana en la exposición ‘Los impresionistas y la fotografía’. También el pasado año unas 38 obras del Thyssen fueron digitalizadas y compartidas con la tienda Art Store de Samsung para sus televisores The Frame.
Pero crear contenidos digitales no sale gratis, por muy acostumbrados que estemos a ellos. Por ello, Acevedo afirma: «La digitalización no tiene marcha atrás, pero requiere de recursos por eso es absolutamente necesaria la colaboración de empresas/socios con las que compartir estos proyectos. Los contenidos digitales son costosos en su producción y requerirán de una economía de escala para alcanzar un retorno adecuado. Eso no se improvisa«, señala, advirtiendo de lo necesario que resulta una previsión y planificación para hacer las cosas bien.
Destaca también la apuesta del Thyssen por los videojuegos como forma de llevar el arte al público joven. Con la llegada del éxito de Nintendo Animal Crossing: New Horizons, el museo abrió un espacio virtual dentro del mundo creado por la firma nipona para que los jugadores puedan ver obras de arte en su consola. «Iniciamos nuestros contenidos en videojuegos hace varios años con «Nubla»: las aventuras que vive un niño paseando por nuestra colección permanente, metiéndose en los cuadros y viviendo las historias que cuentan. Se produjo una serie de dos episodios que se han vendido muy bien en Europa, América y Asia«, cuenta el director gerente, mostrando así que la institución no menosprecia la influencia del sector del videojuego.
«Son productos lúdicos y educativos que divulgan nuestra colección y que, al mismo tiempo, representan una fuente de ingresos. Otro claro ejemplo de monetización digital cumpliendo con nuestra misión en colaboración con empresas privadas«, detalla Acevedo al respecto.
VISITAS VIRTUALES EN YOUTUBE
El Thyssen, al igual que el Prado en TikTok o grandes museos estadounidenses como el MoMA, comenzó a andar por las redes sociales para hacer llegar sus contenidos a mas gente. El Museo de Arte Moderno MoMA de Nueva York es un referente en este aspecto: con 417.000 suscriptores en YouTube, la institución comenzó a grabar a guías explicando a cámara alguna obra en concreto del repertorio del museo. El resultado ha sido positivo: buena dosis de ‘likes’ y considerables interacciones en la caja de comentarios.
«La curatoría digital es también un excelente complemento para enriquecer los proyectos expositivos, tanto didácticamente como en su capacidad de entretener y de hacer mucho más satisfactoria la experiencia de visitar el museo», señala el gerente.
Con 5.590 suscriptores y muchos vídeos que no llegan a las 1.000 visitas, el Thyssen aún no goza de la misma reciprocidad en su canal de YouTube. No obstante, está presente y disfruta, por otro lado, de sanos perfiles en Instagram y Twitter con cientos de miles de seguidores.
Sobre las RRSS, Acevedo opina: «Las redes han demostrado que son muy valiosas para aproximarse y atraer al público, incluso a aquellos que en principio pudieran pensar que un museo no es para ellos. Por ejemplo, estamos muy satisfechos al ver como participan los jóvenes y como descubren que un museo es un ente vivo, un dinamizador social que a través del arte también aborda asuntos que les interesan como la sostenibilidad, el medio ambiente, la igualdad, la diversidad y muchos más».
Con todo ello, el Thyssen prosigue dirigiéndose al modelo híbrido que se han marcado por objetivo, orientando los esfuerzos «al mejor cumplimiento de nuestra misión como servicio público«.