Nacida en los años 50 en Nueva York, la decoración industrial vuelve a ser tendencia y apunta fuerte para este verano. La diseñadora e interiorista Sandra Marcos recomienda jugar dejando vigas y tuberías al descubierto y combinando estructuras de hierro con elementos naturales
En muchas películas o series americanas de finales del siglo XX llama la atención el estilo de las viviendas, con espacios diáfanos, techos altos y vigas o tuberías al descubierto. Esto es lo que se conoce como estilo industrial y es una de las tendencias que vuelve con fuerza este 2018, sobre todo, de cara al verano.
Y es que, para aligerar espacios, nada como revivir este tipo de decoración, nacida en el Nueva York de los años 50 cuando muchos de los artistas de la City se fueron a vivir a antiguas fábricas para dar rienda suelta a su creatividad en lugares espaciosos y llenos de luz. Esta arquitectura desnuda, tanto en estructura como en materiales o color, es perfecta para la época estival, ya que integra grandes ventanas, techos altos y apenas un par de paredes para separar espacios.
Aunque el estilo ha ido evolucionando con el paso de los años, su esencia se ha mantenido intacta. Por desgracia, no todo el mundo dispone de espacios así de amplios, pero sí que se puede recrear este ambiente con los consejos de la diseñadora e interiorista Sandra Marcos, quien recomienda jugar con el mobiliario, la paleta de colores y los puntos de luz para conseguir el efecto industrial de antaño con un estilo de 10.
Piel, hierro y maderas sin tratar
El estilo industrial también es apto para viviendas pequeñas. No hace falta tener un loft de miles de metros cuadrados para aplicar; basta con utilizar unos sencillos trucos. La clave está en decorar alguno de los espacios más diáfanos con mobiliario de distintos materiales como la piel y el hierro y colocar estratégicamente algún elemento de madera natural sin tratar. De esta manera, se consigue recrear la sensación de desnudez propia de este estilo sin necesidad de tener que modificar la estructura arquitectónica del hogar.
Las mesas de pino lavado son ideales para conseguir este efecto y, dependiendo del tamaño, se pueden usar usar tanto en la entrada o pasillo de casa, como justo detrás de un sofá, lo que servirá también para separar ambientes sin necesidad de tener una pared.
Este tipo de mobiliario es fácilmente combinable con estanterías de latón con baldas de mármol, sillas con patas de metal, lámparas de aluminio y otros muebles o accesorios de hierro y acero. Estos elementos son los aliados perfectos para crear equilibrio en el ambiente, ya que el metal es algo frío y la madera evoca sensación de calidez y naturaleza.
Mezclas, sí, pero armónicas
Escoger las piezas es importante, pero saber combinar para crear un ambiente armónico y coherente es indispensable para que el estilo industrial brille con esa luz propia que le caracteriza y no parezca un conjunto de piezas sin sentido.
Por ello, no sólo es importante hacer un buen uso de materiales como la madera o el metal, sino también seleccionar los textiles, las tonalidades y los puntos de luz adecuados en la estancia.
Las piezas de piel o con acabados desgastados son perfectas para coronar las estancias. Una butaca de piel en un tono oscuro y fuerte puede ser el complemento perfecto para un salón. Otra opción es añadir una pieza grande y lustrosa, como un armario antiguo francés con diferentes capas de policromía decapadas, como el que propone Sandra Marcos de su colección.
La paleta de colores del estilo industrial se compone principalmente de blanco, negro, marrón, beige, gris y azul. Si se busca un ambiente más masculino, se debe escoger una paleta más oscura; si la intención es hacer la estancia más femenina, hay que decantarse por colores con más luz y en tonos pasteles. Estos colores es ideal acompañarlos con textiles como el lino en cojines, sillones o pantallas de lámparas para mantener la concordancia en las estancias.
Aunque una de las máximas de la decoración industrial es mantener los espacios vacíos y diáfanos, eso no exime de añadir algunos accesorios en puntos estratégicos. De esta forma, no se satura la estancia y, si se escogen los adecuados, se mantiene ese ambiente armónico y coherente con lo que se quiere transmitir.
Elementos como botellas o jarrones de vidrio, objetos antiguos como libros o arcones, o lámparas vintage o retro son algunos de los accesorios decorativos con los que se acertará seguro. Por ejemplo, si la habitación es pequeña, se puede optar por utilizar apliques de pared de latón para dar una luz cálida a la estancia; otra opción es colocar una lámpara de pie de metal que combine dorado con un tono más oscuro.
Fuente Comunicae