Llega la Semana Santa, y como cualquier época estival, el Gobierno aprovecha para colgarse medallas en el sector del turismo. En este caso alardea de una previsión de ocupación que roza casi el 80% de media nacional, y la creación de miles de empleos durante estos días. Pero detrás de estas dos buenas noticias se esconde la cara oculta de una industria ahogada en la precariedad, la temporalidad y las desorbitadas cifras de turistas.
La ocupación prevista para Semana Santa es del 79,1%, según los datos elaborados por la encuesta de Ocupación Turística Ocupatur de Turespaña. Cifras de las que se ha hecho eco el ministro del ramo, Álvaro Nadal, en un tweet, en el que también ha asegurado que “trabajamos para consolidar nuestro liderazgo”.
La previsión de alojamiento en alta montaña para esta Semana Santa ha aumentado un 27,5% respecto a 2017, debido a las condiciones meteorológicas invernales. La oferta turística en #España resalta también por su gran diversidad. Trabajamos para consolidar nuestro liderazgo.
— Álvaro Nadal (@MinistroNadal) March 28, 2018
Y más vale que sigan trabajando en turismo porque este año, con una Semana Santa adelantada, las previsiones no son tan buenas. El porcentaje de ocupación es inferior a la previsión del 79,6% del 2017, un año en el que la Semana Santa tuvo lugar quince días más tarde. La previsión en alojamientos hoteleros es de un 78,9% frente al 85,3% de 2017. Y el turismo de interior tampoco mejora. Con un 76% de previsión de ocupación frente al 78% de la Semana Santa pasada.
Caída en Cataluña
Por eso existe una pequeña dosis de cautela porque saben que hay varios factores que harán que esta Semana Santa no sea de récord. El primero es Cataluña. La inestabilidad política derivada del conflicto independentista está dando de lleno a su principal sector: el turismo. Tanto que la previsión de ocupación para esta Semana Santa en Barcelona es del 79% frente al 92% del año pasado.
Pero no es la única gran ciudad turística que perderá turistas: Palma de Mallorca, con un 67% de previsión de ocupación frente al 83% del año pasado, y Santiago de Compostela (70% frente a 81%). Sin embargo, Nadal solo se acuerda en su Twitter de que Canarias, con un 88%; seguida por País Vasco, con un 86%; La Rioja, con un 85%; Extremadura, con un 84%; y Andalucía y Navarra con un 83%, lideran la ocupación.
La previsión de ocupación para la Semana Santa es liderada por Canarias con un 88%, seguida por País Vasco, con un 86%, La Rioja, con un 85%, Extremadura, con un 84%, y Andalucía y Navarra con un 83%. La combinación de interior y playa sitúa a nuestro país como referente mundial.
— Álvaro Nadal (@MinistroNadal) March 28, 2018
El otro gran problema para el turismo es el tiempo meteorológico. Los temporales de principios de marzo castigaron con dureza la costa de Cádiz y Huelva. Muchos chiringuitos y locales destrozados no llegarán a tiempo para abrir.
Sin embargo, cuando salgan los datos de número de visitantes del mes marzo –coincidiendo con los del primer trimestre del año– ni la precariedad, ni la temporalidad, ni Cataluña lograrán empañar un nuevo y adelantado récord de turistas. Sin embargo, el próximo mes, el de abril –mes en el que se celebró la pasada Semana Santa– no habrá mucho que celebrar.
Además, aunque renieguen de la economía colaborativa, las previsiones de plataformas como Airbnb también ayudarán a incrementar los datos turísticos y hasta el gasto por turista. Solo Airbnb espera más de 310.000 huéspedes para esta Semana Santa.
Empleo temporal…
Otro de los puntos en los que el Gobierno aprovecha para sacar pecho es la creación de puestos de trabajo relacionados con el turismo. La compañía de recursos humanos Adecco prevé que en España se firmen 162.780 contratos para esta Semana Santa, lo que supone un incremento del 9% con respecto a la de 2017.
Curiosamente, Cataluña es la comunidad que lidera la creación de puestos de trabajo en volumen, con más de 28.000 empleos. Le siguen Murcia, con cerca de 23.000; la Comunidad de Madrid, con más de 22.000; Andalucía, que se quedará cerca de los 21.000, y la Comunidad Valenciana, con más de 19.000.
Los empleos de camarero, cocinero, ayudante de cocina, recepcionista, dependiente, teleoperador, comercial, vendedor, azafato de tierra y operario son los más demandados. Y todos ellos tienen en común dos aspectos negativos: la precariedad y la temporalidad. Muchos de estos puestos de trabajo, como llevan denunciando los sindicatos desde hace años, son de carácter temporal, es decir, una vez finalizada las vacaciones estos terminarán.
Y precario
Pero mientras trabajan, la mayoría gozarán de condiciones precarias, como las que las que han denunciado el colectivo de camareras de piso ‘Las Kellys’. Cobrar entre 2 y 2,5 euros por habitación y no llegar a los 1.000 euros a final de mes ha hecho que hasta el propio Mariano Rajoy vaya a recibir a estas trabajadoras el próximo 5 de abril en Moncloa. Este colectivo son solo un ejemplo, el de mayor actualidad, pero no el único en el sector turístico español.
Esta situación está condenada a repetirse dentro de un sector en constante crecimiento. El empleo turístico seguirá aumentando. En 2028 habrá 3.342.000 empleos tanto directos como indirectos (el 16,9% del total), frente a los 2.838.500 con los que se cerró 2017, según estimaciones del Consejo Mundial de Viaje y Turismo (WTTC). Eso supone un aumento de más de 500.000 empleos en una década. Dentro de diez años, se espera alcanzar la cifra de 121 millones de turistas en España.
Y aquí otro ministerio podrá tirarse flores es el que dirige Fátima Bañez. La publicación de los datos de empleo del mes de marzo –con total seguridad– supondrán un descenso de parados en el país. Y teniendo en cuenta que este año la Semana Santa se adelanta, la comparación con el año anterior será en porcentajes mayores.