El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha adelantado este miércoles que la afiliación a la Seguridad Social aumentará en enero en unos 20.000 nuevos ocupados sin tener en cuenta el componente estacional.
Escrivá, en declaraciones a RNE ha subrayado además que el número de trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) está «estabilizado» en torno a los 700.000 y ha descartado que se pueda alcanzar la cifra de cuatro millones de parados.
En todo caso, ha indicado que, desde el punto de vista de la actividad económica, «la cosa aguanta» y que es más importante ver cuánto crece el empleo que el nivel de la tasa de paro.
«Combinando los datos de ERTE estabilizados con la afiliación, que va subiendo progresivamente, te da una sensación de que, desde el punto de vista de la actividad económica, la cosa aguanta y, con la expectativa de vacuna, es aguantar con horizontes muchos más claros», ha apuntado Escrivá.
El ministro ha insistido en que la afiliación ha ido bien en los últimos meses y, en el caso de los autónomos, ha destacado que ahora mismo están afiliados al sistema más trabajadores por cuenta propia que hace un año.
RETOMAR LA SUBIDA DEL SMI
Respecto a la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), que de momento está congelado en 950 euros mensuales, Escrivá es de la opinión de que el compromiso de legislatura de llevar el SMI a cifras más elevadas debería retomarse «cuando pase la pandemia» y se haya vuelto a una situación de normalidad.
El ministro ha argumentado que, en lugar de subidas puntuales del SMI, es mucho más eficaz reevaluar en un momento determinado la situación «y hacer movimientos que marquen mucho más la política redistributiva».
Aunque los datos de las subidas anteriores del SMI muestran «efectos marginales» sobre el empleo, Escrivá ha defendido que, en determinadas coyunturas, elevar el SMI puede tener un impacto sobre determinados empleos, por lo que debe tenerse en cuenta «el efecto neto».
Además, el ministro ha afirmado que, debido a la «distorsión» en el mercado laboral que ha supuesto la pandemia, «han cambiado las prioridades» y, aunque se ha recuperado mucho empleo respecto al mes de abril, se han perdido 350.000 empleos, ocupados sobre todo por jóvenes, con bajos salarios y contratos temporales.
Para el ministro, aunque el efecto redistributivo que consigue el SMI sigue siendo importante desde el punto de vista estructural, la prioridad ahora mismo es conseguir reincorporar al mercado laboral a esas 350.000 personas que han perdido su puesto de trabajo. «Y cuando haya pasado la pandemia y tengamos una situación de normalidad habrá que retomar el compromiso de legislatura de llevar el SMI a umbrales superiores», ha añadido.