Una de las principales excusas que se suelen poner para no emprender cuando se tiene una buena idea es que no se dispone de dinero suficiente. Sin embargo, gracias al bootstrapping esto ya no será un argumento válido, porque está demostrado que se puede poner un negocio en marcha sin necesidad de tener mucho dinero.
De hecho, lo habitual es que los emprendedores no tengan muchos recursos económicos. Incluso negocios que hoy en día generan una rentabilidad millonaria empezaron con apenas unos miles de euros o de dólares. Lo importante es saber sacarle el máximo partido posible al capital que se tiene disponible.
1¿Qué es el bootstrapping?
Esta palabra anglosajona hace referencia a una forma de emprender con poco dinero. La suelen usar microemprendedores y los propios bootstrappers, que se diferencian entre sí por el tipo de técnicas utilizadas. Un microemprendedor tiene una idea de negocio que no necesita de nadie más para salir adelante. Un ejemplo sencillo sería el freelance que vende sus servicios de diseño web a través de su propia página.
El bootstrapper tiene una idea de negocio algo más compleja en la que va a necesitar de más personas, normalmente entre cuatro y diez empleados. Por ejemplo, un bootstrapper podría ser quien decide crear una startup para hacer una app relacionada con la salud y necesita contar con otros especialistas como un diseñador gráfico, un asesor médico, etc.