En el acuerdo de 22.000 millones de euros para dividir los activos ecológicos de Innogy SE esta semana, nada es más sorprendente que el giro diametral de RWE AG hacia la industria de la energía limpia.
Hace apenas dos años, el generador de energía más grande de Alemania separó sus activos eólicos y solares en Innogy como una forma de concentrarse en su negocio de generación principal impulsado por combustibles fósiles y nucleares. Ahora se está uniendo a una creciente lista de concesionarias de energía eléctrica que han hecho un cambio en sentido similar.
Desde Italia hasta España y Francia, las concesionarias de energía eléctrica de Europa están colocando las energías renovables en el centro de sus estrategias de crecimiento y recomprando divisiones verdes que vendieron a los inversores cuando el negocio era una actividad secundaria. Estos movimientos son una señal de que los límites a la contaminación por el carbón están comenzando a dar frutos, y que hay una presión cada vez más mayor para reducir los costos en toda la industria de la energía.
«Hoy todas las partes de la cadena de valor y la estructura de capital son más competitivas», dijo Henrik Nohr Poulsen, director de inversiones de PFA Asset Management, una división del fondo PFA Pension A/S en Copenhague. «No hay almuerzos gratis. Se están consolidando para ser más eficientes y rentables».
Revierten medidas
RWE puso su unidad de energía verde en Innogy y la dividió en 2016. Recuperará esos activos en el marco del acuerdo firmado esta semana con EON SE. La italiana Enel SpA, la española Iberdrola AB y Électricité de France SA también vendieron divisiones de energías renovables y terminaron revirtiendo esas medidas.
Enel compró nuevamente su unidad renovable, Enel Green Power SpA, a fines de 2015 por 3.100 millones de euros en acciones, diciendo que la compañía no pudo reunir los fondos suficientes para cumplir con sus planes de crecimiento. EDF e Iberdrola también reincorporaron EDF Énergies Nouvelles e Iberdrola Renovables, respectivamente, tras hacerlas cotizar por separado.
Energias de Portugal vendió una porción de su unidad de energías renovables en 2008 y realizó una gran recompra de acciones el año pasado, aumentando su participación en la compañía al 83%. «Enel, Iberdrola, EDF, todas sacaron a bolsa algo que entonces era un negocio en crecimiento», dijo John Musk, analista de servicios públicos de RBC Europe Ltd. «Desafortunadamente, los mercados de acciones no les dieron ningún crédito por ese crecimiento».
Innogy se encontró con problemas similares. Una advertencia sobre las ganancias llevó a la compañía a perder el 16% de su valor de mercado en diciembre. La repentina partida del presidente ejecutivo, Peter Terium, el 20 de diciembre siguió al anuncio de que Innogy gastaría 3.000 millones de euros en tecnologías que van desde parques eólicos marinos hasta estaciones de recarga de vehículos eléctricos. Sin un máximo responsable, Innogy era vulnerable a una toma de control. RWE y EON decidieron actuar.
«Están transformando la compañía», dijo Peter Crampton, analista de servicios públicos de Macquarie Group Ltd., sobre RWE. «El gran problema para RWE ha sido la flota de generación sucia. Ahora se está agregando una gran parte de generación renovable y una cartera importante de proyectos renovables».
Anna Hirtenstein para Bloomberg