El sector hostelero y turístico inicia un 2021 lleno de incertidumbre. Tras un año muy difícil, los hoteles, restaurantes y cafeterías buscan nuevas formas de llegar a sus clientes y de relacionarse con ellos para tirar adelante sus negocios y poder, a su vez, asegurar el futuro laboral de sus empleados. Hablamos con Xavier Mon, vicepresidente de Helados y Alimentación de Unilever en España, sobre uno de los proyectos de la compañía que busca dar un valor añadido a los profesionales del sector. Se trata de Soy Frigo, un programa de formación y empleabilidad impulsado por Unilever a través de su histórica marca de helados Frigoque ayuda a personas vulnerables o en riesgo de exclusión social a la reinserción laboral y la mejora de la empleabilidad futura
“Pusimos en marcha Soy Frigo en 2015 y, seis años después, el programa es más necesario que nunca, tanto para los participantes como para los restauradores que se acogen a él”, afirma Mon. Con seis ediciones a sus espaldas, Soy Frigo ha ayudado a generar formación y experiencia laboral a más de 3.000 personas en España. El programa capacita a sus participantes en ventas y atención al público para que trabajen en puntos de venta Frigo durante los meses de verano, tanto en puntos fijos como con carritos móviles que se han convertido ya en un referente en algunas ciudades costeras españolas durante la temporada estival. En España, el proyecto se desarrolla de la mano de varios ayuntamientos y permite a los operadores extender el número de puntos de venta, lo que permite a los operadores un incremento de sus ventas de hasta un 30%.
Desde 2015, Soy Frigo se dirige a jóvenes sin experiencia, desempleados de larga duración, migrantes o personas con discapacidad, a los que en 2019 se sumó a mujeres supervivientes de violencia de género. “El objetivo del programa pasa por capacitar a todas estas personas para que puedan incorporarse al mundo laboral, pero debido a la situación tan difícil que está atravesando el sector por el actual contexto sanitario queremos ampliar el programa a los vendedores que hayan podido verse afectados por un ERTE”, detalla el directivo.
Según explica Mon, que también dirige Unilever Food Solutions, la división culinaria de la compañía, “cada vez son más los consumidores que prestan una mayor atención al impacto que las marcas tienen en nuestro entorno, una tendencia que la pandemia va a acelerar rápidamente”. Una opinión que avalan los datos ya que según un reciente estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 73% de los españoles toma de forma habitual sus decisiones de compra teniendo en cuenta motivos éticos y de sostenibilidad.
UN PROGRAMA 100% ESPAÑOL
Soy Frigo nació en España. La compañía puso en marcha el programa en el país dentro del Plan Unilever para una Vida Sostenible, que desde 2010 ha dotado de propósitos responsables con el medioambiente y la sociedad a varias de las enseñas del grupo. Tras una primera prueba piloto en las playas españolas en 2014, Soy Frigo dio el salto a otros países europeos a través de la marca homóloga en cada uno de los mercados. Desde entonces, Soy Frigo ha dado formación y empleo a más de 100.000 personas en todo el mundo.
En España, la iniciativa cuenta con la colaboración de instituciones como la Fundación Ana Bella, que es la encargada de ayudar y acompañar a las mujeres supervivientes de violencia de género que participan en el programa Soy Frigo, así como con ADEAC, la Asociación de Educación Medioambiental encargada de otorgar las banderas azules a las playas del país. Con esta asociación, Unilever ha llevado a cabo iniciativas de promoción del respeto por el medio ambiente en las zonas más turísticas, que se llevan a cabo a través de los vendedores de helados y de los puntos de venta de Frigo en el litoral español.
Como ejemplo, durante el último verano Soy Frigo ha repartido material divulgativo para niños en varios municipios turísticos de la mano de 23 ayuntamientos y de 25 puertos deportivos del Estado.