Costó descubrirlo, pero finalmente supimos a quién iban dirigidos los versos más tristes que escribió Neruda: a la televisión.
Sí, a la tan denostada y vilipendiada televisión. A la caja tonta que tantos momentos de gloria nos ha dado. Pues, ¿a quién si no?
Es cierto: muchas cosas han pasado desde su nacimiento. La televisión de hoy poco se parece a la de ayer. Pero es que nosotros, los de entonces, tampoco somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto. Pero cuánto la quise..
1Cela y la palangana (1982)
La primera emisión televisiva en España data de 1956. Eran otros tiempos y, reconozcámoslo, tardó bastante en sacarse la naftalina del régimen y empezar a volar.
Que las cosas estaban cambiando lo empezamos a sospechar a principios de los ochenta. Fue un 20 de octubre (qué tendrán los ventes) cuando Mercedes Milá (que ya estaba ahí antes de que naciésemos) le hizo una entrevista mítica al muy señor escritor Camilo José Cela, futuro premio Nobel y, por más señas, gallego de Galicia.
Mítica, básicamente, por esta salida inesperada de Cela: «La habilidad que yo tengo es la de absorción de litro y medio de agua por vía anal. Si quieren, tráiganme una palangana y lo demuestro». Sí señor, eso es apostar alto.