El secretario general de CCOO, Unai Sordo, quiere que se restrinja el despido en España ante la facilidad que, según él, tienen las empresas para prescindir de trabajadores e incluso de fábricas enteras, y cree que para ello habría que tomar diversas medidas, entre ellas un mayor control de las causas, un mayor coste y la posibilidad de que no sea el empresario el que decida qué hacer cuando un juez declare improcedente el despido.
En rueda de prensa para presentar las prioridades de CCOO para los próximos meses, Sordo ha insistido en que se trataría de abordar varios elementos a la vez para conseguir que el despido no sea la principal vía de ajuste a la que recurren las empresas cuando tienen problemas. Así, no se trataría sólo de encarecerlo, que también, sino de tocar diversos ‘palos’ para que realmente se evitara esta línea de ajuste en las empresas.
De este modo, y dado que no se pide autorización administrativa para acometer un ERE en España, Sordo ha abogado por ir hacia un sistema de control de causas del despido, que no tendría por qué traducirse en la recuperación de la autorización administrativa sino en un sistema quizá más moderno, pero siempre con el objetivo de impedir la «barra libre» de la que disfrutan ahora las empresas.
«Algunas multinacionales nos dicen que es muy sencillo prescindir de una fábrica en España porque con un buen bufete de abogados que evite que te declaren una nulidad, haces y deshaces a tu antojo (…) España ha sido más papista que el Papa a la hora de dar más facilidades a las empresas supuestamente para que vinieran y que finalmente han sido facilidades para que se marchen. Lo tienen demasiado fácil para despedir y dejar a comarcas enteras desasistidas», ha denunciado el dirigente sindical, que ha advertido de que de esta situación se han aprovechado empresas como Alcoa o Nissan.
Sordo ha explicado que, en otros países europeos, el cierre de una fábrica o la deslocalización de un centro de trabajo requiere planes sociales e inversiones alternativas e implica problemas legales que en España no se tienen. Y no estoy hablando de Venezuela y Cuba, estoy hablando de otros países de Europa«, ha subrayado.
Además del control de las causas del despido, su encarecimiento sería «otra opción a barajar», así como la posibilidad de que no sea el empresario el que decida si readmite o echa a un trabajador cuando el juez declara la improcedencia del despido. «Igual habría que cambiar quién decide. Es otro elemento», ha apuntado.
En todo caso, Sordo ha explicado que se tiene que restringir el recurso al despido en España, vinculándolo al fortalecimiento de la contratación fija y a la vez a una fórmula de flexibilidad interna, pactada con las empresas, que hiciera que el despido fuera el último recurso.
Dicha fórmula de flexibilidad interna podría ser similar a lo que se hace en Alemania con los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Aunque en España está vigente una regulación puntual de los ERTE por la pandemia del coronavirus, ya está sobre la mesa del diálogo social abordar la manera de que éstos puedan convertirse en una medida de carácter más estructural.
La fórmula que plantea Sordo -y que no viene de ahora, pues ya la propusieron a anteriores gobiernos- es la de que se pueda adaptar el tiempo de trabajo cuando las empresas tengan problemas económicos reales y demostrables. Eso sí, si las horas de trabajo se adaptaran a la baja, la disminución de los salarios de los trabajadores tendría que ser compensada con una ayuda pública, sufragada por el Estado, según expone Sordo, que añade que también podrían vincularse a esta medida planes de formación permanente para los trabajadores, como se hace en Alemania.
Ahora bien, un modelo como éste exigiría cotejar las causas para asegurarse de que se utiliza de modo correcto. En este sentido, ha señalado que cuando arrancaron los ERTE al inicio de la pandemia, «no se controlaba nada y se pagaba todo», algo que, según ha advertido, «no podría ocurrir en periodos de normalidad».
DESTERRAR EL «NO TOCA»
Sordo es consciente de que abordar esta negociación para restringir el despido no va a ser fácil, pero forma parte de las prioridades del sindicato para el próximo periodo. El objetivo más inmediato, además del cierre de la negociación para prorrogar los ERTE, es, para el dirigente sindical, recuperar la agenda sociolaboral en la que ya se estaba trabajando antes de la pandemia. Cree que no sólo daría confianza a la ciudadanía de que se ve la luz al final del túnel, sino que serviría además de «palanca» para la recuperación económica.
En este sentido, advierte de que la doctrina del «ahora no toca», como ha pasado con la subida del salario mínimo inteprofesional (SMI), hay que desterrarla, pues si existe algún momento adecuado para abordar esta agenda es precisamente ahora.
Dicha agenda pasa por dar salida a los cambios en la reforma laboral de 2012 que ya estaban hablados con el Gobierno (recuperar la negociación colectiva, dar prevalencia al convenio de sector sobre el de empresa, ultraactividad, subcontratación) y por subir el SMI, haya o no acuerdo en el diálogo social, pues de la política de rentas dependerá en gran medida la recuperación de muchos sectores relacionados con el consumo (ocio, turismo, restauración) y, por tanto, de la economía y el empleo.
En este sentido, se ha mostrado muy crítico con que el Gobierno haya otorgado a la CEOE «derecho de veto y una posición de empoderamiento» en el tema del SMI, y ha advertido de que CCOO no aceptará que ocurra lo mismo en otras materias, como las negociaciones para modernizar el mercado laboral.
PIDE AL GOBIERNO QUE «NO CAPE EL DIÁLOGO SOCIAL» EN BRUSELAS
Sordo ha asegurado que su sindicato está dispuesto a abordar esta negociación «sin reservas» y buscando preferentemente el acuerdo. Ahora bien, si no lo hay, ha instado al Gobierno a tomar medidas y no hacer como en el SMI.
Y ha lanzado otro aviso al Ejecutivo, aplicable tanto a lo que concierne a los cambios laborales como a las pensiones: que «no cape» ni deje «sin oxígeno» al diálogo social cuando remita a Bruselas en los próximas días qué tiene previsto hacer en estas materias.
«De poco serviría ponernos a negociar si previamente el Gobierno de España contrae compromisos ineludibles con Bruselas a ejecutar en los próximos meses. Por eso le pedimos que sea prudente en la redacción de lo que envíe», ha indicado.
Además de impulsar los salarios para empujar la demanda interna, Sordo ha pedido al Gobierno que acometa cuanto antes una reforma en profundidad del mercado eléctrico para evitar subidas en el precio de la luz como las actuales.
En materia de pensiones, el líder de CCOO ha instado a derogar la reforma de 2013 y a adoptar medidas a corto y medio plazo para sacar de la Seguridad Social los gastos que no le son propios y mejorar los ingresos del sistema, como la implantación de la cotización por ingresos reales entre los autónomos, el destape de las bases máximas y la subida de los salarios mínimos.
En este punto, ha advertido al Ejecutivo de que CCOO no aceptará que se intenten recortar pensiones mediante medidas que busquen compensar el incremento de gastos que supondrá la revalorización con el IPC y la eliminación de la reforma de 2013. «En ese viaje no nos van a encontrar», ha añadido.