Amazon es una compañía singular y está tendiendo la sorprendente habilidad de ser trasgresora y temeraria. Comparo su posición con la de Google hace 15 años. Google se ha suavizado un poco. Ya no se sienten tan fuertes como para ser tiburones, hay otros bichos grandes en el acuario. Ahora es sólo una piraña más. Eso sí, fue muy meritorio el tiempo que lograron mantener una aureola cool de poco más o menos que ONG que hacía un servicio a la humanidad.
Amazon lleva en España tan sólo desde 2011. Su éxito en penetración y ventas es indudable, pero en paralelo, han sido poco habilidosos y se han quedado en el centro de la polémica. Están siendo extrañamente temerarios en la gestión de los problemas, como si supo hacer Google en su día, echan de manera absurda más leña al fuego. Acaban poniéndose en el foco, y parece no importarles, con esa extraña soberbia de las empresas tecnológicas americanas que son, o al menos se creen, el centro del mundo conocido.
Amazon es la bomba. Tiene un valor bursátil de 745.000 millones de dólares. Más que todo el IBEX35 junto. Están encantados de conocerse y con el viento de cara, pero, dentro de su prepotencia, obvian que los ciclos son eso, cíclicos; y que en esa posición dominante han llegado a estar anteriormente empresas como IBM, Microsoft, Google. Y ambas han sufrido por bastante menos de lo que hace hoy Amazon, al regulador.
Jeff Bezos parece que nunca tiene suficiente
Amazon es un intermediador y su negocio es rentable. También lo empieza a ser en España, pese a haber aterrizado muy tarde en comparación con otros mercados. Como intermediador invierte en logística, automatismos, y tecnología. Poco más. Genera empleo precario, y no paga impuestos apenas, gracias a su “tributación creativa” en Luxemburgo. Por supuesto si cualquier empresa española copiara esa creatividad fiscal, los Montoro Boys le crujen.
Hasta ahí todo conocido. Lo que es poco inteligente es que en ese contexto den el paso de intentar implementar Amazon Flex en España. Parece un patinazo épico.
Amazon Flex es la manera de intentar ganar más aun y evitar depender de los operadores de logística. El gran cuello de botella de Amazon para adueñarse del universo, como parecen pretender, es la logística. Una vez que has logrado crear y automatizar grandes centros logísticos (y aún siguen creciendo en ese campo) el único problema es la entrega de proximidad, la última milla.
Amazon flex es un chiste contado por uno de los hombres más ricos del mundo. una tomadura de pelo con difícil cabida legal en Europa
La tontería de la entrega en drones, con robots etc. está muy bien como reclamo de marketing, para ser molón y poner vídeos en YouTube, y ser un tipo muy innovador. Como concepto teórico está bien, pero no es viable en grandes ciudades, no está cercano, ni es operativo. Al tipo del cuarto derecha no le va a llegar un robot por ascensor ni un dron por la ventana. Le va a llegar el repartidor de MRW que tendrá un cabreo de tres pares de narices porque le han puesto una multa esta mañana y le quedan 50 paquetes por colocar.
Amazon tiene una cuota máxima con Correos. Por cierto, es lamentable, y da para otro tema, como algunos mandos de Correos indican a los carteros que los envíos de Amazon “se entregan los primeros”. Y como el factor humano es corrector en el mundo de los algoritmos y sigue siendo determinante. Muchos carteros y repartidores se niegan a cumplir con esa imposición, que por supuesto no es una imposición por escrito. Incluso genera tanto rechazo interno que algunos hacen justo lo contrario, lejos de priorizar al gigante americano lo dejan para el final.
Otros competidores como SEUR han optado por una limitación inteligente. No quieren acabar siendo una filial de facto la compañía americana o quedar fagocitados a expensas de la decisión del jefe como si fueran un mero intraproveedor de Mercadona, que más pronto que tarde o traga con lo que le manden o acabará por ser devorado. Por ese motivo en SEUR permiten una cuota del 20% a Amazon. E incluso me cuentan que permiten un tramo especial del 20 al 30% de cuota, pero por ese 10% extra cobrarían mucho más dinero que por el tramo anterior. Pero hasta ahí. No permiten, inteligentemente, que Amazon coja más cuota de mercado con ellos. Saben el riesgo que correrían.
Pickers y packers, unos privilegiados visto lo que viene después
El empleo que genera mayoritariamente Amazon es de bajísima calidad. Una pequeña cantidad de personas bien remuneradas como staff en los países que opera. Es decír, personal de oficina. Y un grueso del personal mal pagado, en precario y con condiciones de difícil digestión en las naves logísticas. Son los obreros de la economía 2.0, viven empaquetando y preparando pedidos.
Casi siempre se trata de un empleo ocasional. Nadie que empaqueta en una nave logística de Amazon sueña con ser director general el día de mañana, ni con jubilarse en la empresa. Son trabajos temporales, pero de alta exigencia y control. Te hacen recuperar el tiempo de las comidas, te cachean y registran, si no haces x paquetes a la hora te pueden decir que “muchas gracias y que no vuelvas” de un día para otro.
No sólo el trabajo es precario, además hay muchas diferencias entre distintos países.
Omar Delgado es un español que trabajaba como Picker de Amazon a las afueras de Munich. Cobraba por su trabajo 1.600 Euros mensuales. Tenía que recoger 80 artículos por hora para que le renovarán el contrato de 6 meses así que “tenía que estar muy espabilado”.
En la plantación de algodón no se descansa: «Un día deje la máquina de picar 3 minutos antes de la hora y me echaron una buena bronca… Son super estrictos»
La experiencia de Omar fue buena. Trabajaba de 7 a 15 horas y de 15 a 23 horas rotativos cada dos semanas y una noche al mes. Disfrutaba de dos días de descanso semanales.
Omar recuerda que en Alemania “los jefes eran atentos, pero un día deje la máquina de picar 3 minutos antes de la hora y me echaron una buena bronca… Son super estrictos con los horarios”.
Cuando Omar decidió volver a España solicitó el traslado a Amazon en Madrid. La sorpresa llegó cuando vio que aquí por el mismo trabajo y horario querían pagarle 400 Euros menos cada mes. No aceptó y abandonó la compañía.
Otros empleados en España que prefieren mantener el anonimato son mucho más críticos: «Es un trabajo basura. Lo primero porque el horario es muy malo, de tres turnos alternativos y llega un tiempo que tu cuerpo ya no sabe cuales la hora de dormir exacta.»
Pero el problema no sólo está en los horarios… «Hay unos cuantos encargados que son chivatos a sueldo de la empresa, y su trabajo es comparar los esfuerzos de cada uno. Además controlan mucho la productividad con la terminal que usan para hacer pedido o stock».
Amazon es muy de aparentar condiciones chulas para un trabajo lamentable «son muy de las americanadas de la tele… te sacan hasta la última gota de sangre y luego piensan que cuidan a los trabajadores por poner una consola de juegos y traer bollos de vez en cuando»
Amazon Flex, el módelo de Bezos ahora necesita esclavos del Siglo XXI
Ahora, una de las empresas más grandes del mundo, cuyo presidente y fundador es uno de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna de 112.000 millones de dólares, apuesta por el concepto máximo de la precariedad. Algo que ya hacen en Estados Unidos, eso sí, allí pagan por ello bastante más de lo que pretenden en España.
Amazon Flex es la feliz idea para no tener que depender de terceros y que los autónomos, en sus ratos libres, repartan paquetes para Amazon. Pero el bueno de Bezos no se ha hecho multimillonario por pensar en ofrecer unas condiciones de trabajo dignas, así que lo que ofrece, es lo siguiente:
– Que te pagues tú la seguridad social y te des de alta de autónomo.
– El coche, la gasolina y todos los gastos -multas, seguros, dietas- corren de tu cuenta.
– Necesitas un vehículo y teléfono móvil, que por supuesto pones tú. Si lo compras en Amazon (¡genial!, chico, tienes futuro en esta empresa)
– Te pagaran 14 Euros (En USA 18-25$) la hora por repartir paquetes. Tienes que recogerlos en su centro logístico y llevarlos a cliente final. Si no cubres la cuota que consideran razonable, no vuelves amiguete.
Si te tienes que dar de alta como autónomo para repartir para Amazon, el costo de la seguridad social (275 Euros) lo debes cubrir tú. Eso quiere decir que, a 14 Euros la hora, las primeras 20 horas que trabajes serán para pagar el impuesto que te permite trabajar para el bueno de Bezos. Las siguientes horas pagarán la gasolina y las multas. Con un poco de suerte quedará algo para ti a final de mes para tomarte un par de bocadillos. Y estas son las condiciones laborales que ofrecen los chicos que «tanto molan» de Amazon. Debe ser que no les llega con lo que sacan de España via Luxemburgo para ofrecer condiciones de empleo razonables. Jeff Bezos, cree que es un gran capataz del siglo XIX y que el resto somos los braceros de su plantación de algodón.
A este respecto, me gustaría recordar un comentario agudo de un tipo muy sensato, Ícaro Moyano, sobre un problema similar con Uber Eats y el ¿empleo? precario.
Me flipa esta frase: “Si hubiera que contratar a repartidores, no existiríamos”
Entonces a lo mejor no deberías existir, qué sé yo. https://t.co/hHVoFSgOHV— Ícaro Moyano Díaz (@viejomoeb) January 28, 2018
En una ciudad como Madrid el concepto en sí, lo saben muy bien los transportistas, es delirante. Primero por la exigencia de cuantos paquetes tienes que entregar a la hora. Calles cortadas, no accesibles al tráfico, que hay que ir a 30 kilometros hora, el delirio de Carmena en Gran Vía y zona centro, manifestaciones, túneles cortados, zonas para residentes con multa y foto… Es un trabajo para dementes o para profesionales. Si tienes que pagar por aparcar, ya sea en la calle o en el parking, ya sólo con eso perderás dinero cada hora. Además del pequeño detalle de que el cliente, que ha pagado por un servicio profesional, espera que sea así y no que cualquiera se baje una App y reparta sus pedidos. La mercancía tiene un valor, y tal vez alguien que cobra 14 Euros la hora en sus ratos libres no sea demasiada garantía.
La CNMC como siempre ausente (¡espabila!, Superlópez), debería también preguntarse si es lícito que a las empresas de mensajería y logística les salga la competencia de Bezos, el multimillonario, que pretende tirar de los ratitos libres de la gente de buena fe para seguir sin pagar impuestos, no tener que tener que invertir, contratar empleados, y competir de forma irregular con empresas en el ámbito de la mensajería y del retail. Esas empresas si trabajan de forma reglada, que tomen nota en competencia.
Las empresas de logística, a las que Amazon pretende saltar, tienen la oportunidad de demostrar su fuerza. Limitar tras este movimiento, la cuota que permiten a Amazon, sería una buena muestra de fuerza.
Si Zara, Mercadona o El Corte Inglés tuvieran una idea feliz como esta, arderían los políticos, los sindicatos, los perroflautas y las calles. Sigamos en el mundo de la pastilla azul: