Gobierno y aerolíneas están en guerra por el precio de los billetes de avión. El primer bando, liderado por el ministro de Fomento Íñigo de la Serna, considera “justo” que el precio de los billetes se reduzca por la reducción de las tasas aeroportuarias que ha aprobado. El bando contrario, no solo no ha rebajado sus tarifas, sino que las ha incrementado. Las aerolíneas se excusan en que el incremento del precio del petróleo no las permite rebajar los precios.
El último movimiento en el enfrentamiento entre ambas partes lo ha llevado a cabo el responsable de la cartera de Fomento. El ministro anunció la intención de reducir (más todavía) las tarifas aéreas un 12% en 2019, esto es multiplicar por tres la rebaja anteriormente anunciada. La maniobra de la Serna se debe leer primero en un contexto partidista: 2019 es el año anterior a unas posibles elecciones generales, por lo que inflar el turismo –al reducir las tasas– es inflar la economía. El problema es que apenas tiene una repercusión real.
El 12% de rebaja publicado por de la Serna apenas representaría un ahorro de un euro en un billete de 100 euros
Los números son siempre más realistas que cualquier discurso. Si ponemos un ejemplo del desglose de los gastos de una aerolínea por la venta de un billete tipo de 100 euros, se ve más claro: los gastos más importantes se distribuirían en algo más de 20 euros por personal, otros 20 euros en concepto de combustible, cerca de 13 euros por handling y catering, y en cuarto lugar unos 10 euros en concepto de tasas. Por lo tanto, el 12% de rebaja publicado por de la Serna apenas representaría un ahorro de un euro en un billete de 100 euros.
Además del pequeño efecto real sobre el precio de los billetes se le suma que el precio del petróleo está en aumento. El precio del barril de Brent, referencia para el sector en Europa, subió en 2017 un 17%. Ahora, si se tomase el 2017 como el año en el que se hace efectiva la caída del 12% en el coste de las tasas, el euro de ahorro no compensaría los más de tres euros de mayor gasto por el mayor coste del petróleo por billete de 100 euros. En definitiva, la actuación del Gobierno es realmente limitada en este aspecto, puesto que el coste de las tasas representa menos de la mitad que el combustible o el personal.
¿Qué ocurrirá en 2019?
La evolución del precio de los billetes está mucho más influida por el precio del petróleo que por las tasas, si se descuenta como fijo el gasto por personal (aunque no lo sea). Por ello, conocer el precio del petróleo en 2019 da las claves de que ocurrirá con el precio de los billetes y si realmente ganará la batalla Fomento o las Aerolíneas. Aunque por el momento, todo hace prever de que ganarán las segundas.
Para conocer el precio del petróleo a tiempo futuro basta con ver al precio que cotiza para ese momento. En este caso, el valor que le otorgan los analistas para 2019, que ronda según la casa de análisis: ABN Amro apunta a los 78 euros, Caixabank lo cifra en 64 euros, Credit Suisse en torno a los 60 euros, mientras que Deutsche Bank lo plantea en los 63. Más o menos, todas las valoraciones concuerdan en que estará por encima de los 60 euros, es decir más caro que en los nueve o diez primeros meses de octubre.
La reducción de un euro por cada 100 euros gastados en un billete, no es un ahorro especialmente grande. Por ello, declaraciones como las del ministro De la Serna: “esperamos que mantengan una política de corresponsabilidad con el esfuerzo que está haciendo el Gobierno”. O las del nuevo presidente de Aena con fuerte vinculación al PP, García Legaz, que aseguraba que “pagan tasas menores, reducen costes y al final el precio de los servicios no baja sino suben”. No superan el nivel del farol político y del mensaje partidista, más allá de buscar un efecto real.