El presidente de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM), Miguel Garrido, se ha unido al planteamiento del Ayuntamiento de Madrid de declarar Madrid como zona catastrófica tras el paso del temporal ‘Filomena’ para posibilitar la entrega de ayudas y mitigar las pérdidas.
Así lo ha señalado el presidente de CEIM en un encuentro virtual organizado por Nueva Economía Fórum, en el que ha subrayado que la declaración de zona catastrófica podría facilitar la posibilidad de que los perjudicados obtengan ayudas para «volver a las normalidad».
También, a las empresas para mitigar las «tremendas pérdidas» que pueden tener. «Estamos evaluando las consecuencias de este temporal y ya podemos adelantar que el impacto que va a tener sobre todo en algunos sectores van a ser enormes», ha afirmado, a lo que ha añadido que el temporal ha coincido con un fin de semana «clave» para las ventas del comercio.
En este sentido, ha subrayado que se trata de un sector que está «castigadísimo» desde hace meses y «cada vez que vuelve a ver la luz, vuelve a sufrir una bofetada», además de destacar las pérdidas que ha sufrido la hostelería. «Buscaremos fórmulas para intentar ayudar a sector afectados», ha apuntado.
TEST EN GRANDES EMPRESAS Y MERCAMADRID
Por otro lado, en su intervención, el presidente de CEIM ha aludido a la importancia de la colaboración público-privada como «pilar incuestionable» y ha señalado que las empresas «casi siempre» son capaces de garantizar los servicios públicos «al meno precio posible».
«Creo que se debería extender todavía mucho más de lo que hoy se hace la prestación de servicios públicos por parte del sector privado (…) nos preocupa el crecimiento imparable que está teniendo el sector público en las últimas décadas», ha indicado.
En esta línea, ha destacado la importancia de la puesta en marcha del ‘Plan Sumamos’ en la Comunidad de Madrid, en una situación en la que marcan como prioridad «mantener una cierta actividad económica haciéndola compatible con las medidas que se toman» para contener la pandemia.
En la región, CEIM ha puesto en marcha para lanzar un plan de diagnóstico de coronavirus con test entre los empleados de las empresas. «Hemos conseguido que otras grandes empresas se incorporen a realizar estos test y para aquellos que no tienen esas capacidad estamos poniendo en marcha los centros temporales», ha afirmado, este es el caso de Mercamadrid, donde «en un tiempo récord» han ejecutado este proyecto.
«Queremos poner más centros temporales e involucrar a la capacidad privada como son las farmacias o las mutuas para poder multiplicar la estrategia que marca cada comunidad autónoma», ha añadido.
Para llevar a cabo toda su actividad, Garrido ha ensalzado la importancia de que lleguen a las empresas los fondos europeos. «Es una oportunidad que no podemos perder», ha señalado y ha agregado que a partir de la próxima semana Madrid va a contar con una oficina de fondos europeos para ayudar a las empresas madrileñas para que puedan aprovechar esos fondos para «mejorar su competitividad y adaptarse».
«BUENOS GESTORES» EN MADRID
Por último, el presidente de CEIM ha aludido a la posibilidad de que se establezca una armonización fiscal en España y ha subrayado que se trata de un cuestión «de enorme trascendencia» y que eso perjudicaría «a los malos gestores», porque se podría comparar y sacar a la luz que «se puede gestionar mejor».
«El caso de Madrid deja al aire las vergüenzas de algunos. La policía fiscal de Madrid en los últimos años ha permitido situar a la Comunidad de Madrid como la de mayor PIB de España», ha expresado y ha detallado que genera el 15,7% del empleo nacional y atrae el 70% de la inversión extranjera, entre otras cosas, por su política fiscal.
«La Comunidad de Madrid ha demostrado que bajando impuestos se genera más recaudación y se puede conseguir que la Comunidad sea la más solidaria con el resto», ha expuesto el presidente de la patronal madrileña. Además, ha precisado que la región tiene la menor incidencia de economía sumergida en España, con un 14%.
Por último, ha insistido en que su política fiscal ha permitido mantener unos servicios públicos «de calidad» y «reducir la tasa de pobreza», a la vez que demuestra «quienes son buenos gestores y quienes no hacen otra cosa que subir impuestos».