Muy lejos parece quedar en el tiempo aquellos días en los que las madres suspiraban porque sus hijos trabajasen en un banco. Era uno de los empleos que se consideraban como un ‘chollo’. Buen sueldo, buena reputación, de por vida… El sector, envuelto en plena renovación y revolución digital, ya no es lo que era.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los bancos, aseguradoras y otro tipo de entidades financieras han metido la tijera al gasto en salarios en 2017. Concretamente, habla de una reducción del 1,3%, cifrándose el total en 19.904 millones de euros. También han menguado las plantillas, cayendo un 2,4%, para situarse en 316.244 personas.
Que trabajar en un banco ya no es un chollo son los salarios a los que se enfrentan quienes acaban consiguiendo ‘meter la cabeza’. “Para quienes se incorporan de nuevo no es mucho”, asegura Joan Sierra, responsable del sector financiero en CCOO. Vayamos por partes porque hay que diferenciar entre lo que se conoce como salarios de ingreso de quienes acaban aterrizando en un banco, en las antiguas cajas de ahorro, o en las cajas rurales.
Los conocidos como salarios de ingreso son más elevados en los bancos que en las antiguas cajas de ahorro o las rurales
Según convenio, los más favorecidos serían los que consiguieran un puesto de trabajo en un banco. Así, en el primer año, hablamos de 18.589,73 euros, y de 20.044,75 euros en el segundo año (un 7,8% más respecto al primero).
Si nos centramos en las antiguas cajas de ahorro, esa cifra sería de 15.856,53 euros, en ese primer año, dando un salto hasta los 17.411,18 euros en el segundo (un 9,8% superior). Por último, los ‘hermanos pobres’ serían las cajas rurales (cooperativas de crédito): 13.431,55 euros al acceder a la profesión, y 14.221,64 en el segundo (un 5,8% más).
“En banca y rurales se creó en los últimos convenios el ‘nivel de acceso a la promoción’ que son dos años de permanencia que les computa como antigüedad en la empresa. En todos los casos se trata de un salario mínimo garantizado durante los dos primeros años para aquellas personas que se incorporan a las entidades. A partir de ahí enlazan con las carreras de ascensos existentes en cada convenio”, puntualiza Joan Sierra.
Oferta variada en el banco
De cara a 2018, y según los datos de ManpowerGroup, el sector financiero sólo creará unos 28.000 nuevos empleos (un 0,6% más respecto al año anterior). Un crecimiento bastante modesto si lo comparamos con los 349.000 puestos de trabajo que se crearán en Sanidad, o los 278.000 del comercio. Consecuencia de ello es que el porcentaje de empleo generado por las entidades financieras, del total en España, haya menguado del 2,5% al 2,3%.
Otra curiosidad es la carrera digital que están llevando a cabo las entidades financieras para ser las primeras en pasar por la bandera a cuadros. De ahí que sean expertos en TI o en big data quienes están entre sus preferencias a la hora de contratar. En la próxima década, las estimaciones apuntan a que serán unas 45.000 personas expertas en nuevas tecnologías las que serán contratadas frente a los 8.000 empleados de oficina al uso.
Según datos del Banco de España, entre 2009 y 2016, han desaparecido en el sector 82.285 puestos de trabajo. Amén de las más de 17.000 sucursales de bancos y cajas de ahorro que han echado el cerrojo. Y aunque la tecnificación está fomentando la contratación, difícilmente alcanzará el número de empleados despedidos.