Dice Duro Felguera que podría llegar a tener “graves dificultades para mantenerse en funcionamiento” si no recibe los 120 millones que ha solicitado a la Sociedad Estatal de Participaciones (SEPI). La empresa asturiana espera desde el pasado mes de agosto que el Gobierno apruebe su rescate para poder esquivar el concurso de acreedores.
La SEPI tiene de plazo seis meses para responder, y ajustándose a la petición que hizo el 28 de agosto, todavía cuenta con casi dos meses para contestar. Pero ya ha adelantado que tendrá una propuesta de resolución antes de finales de enero. Sea como sea, la decisión se conocerá `in extremis´ y esto genera bastante incertidumbre en la compañía.
La demora ha llevado a la empresa que dirige José María Orihuela a ampliar la solicitud en otros 20 millones de euros, desde los 100 millones que pidió en un primer momento. Según justificaba a la CNMV el pasado 30 de diciembre, “como consecuencia de la prolongación de la pandemia y de sus perjudiciales efectos económicos”, se ha visto en la necesidad de solicitar un incremento adicional a la cifra inicialmente comunicada.
Duro Felguera había pedido un préstamo participativo de 70 millones y una ampliación de capital de 30 millones de euros. Ahora se suma este préstamo ordinario de 20 millones. Si la empresa recibe luz verde y se le conceden sus deseos, el siguiente paso será negociar con los bancos.
EL PAPEL DE LA BANCA ACREEDORA
La compañía asturiana anunció en mayo de 2018 que había logrado el apoyo mayoritario de los acreedores para refinanciar su deuda y previó líneas de avales de hasta 100 millones de euros para nuevos proyectos. Pero lo cierto es que, a día de hoy, continúa operando sin esta línea de avales comprometida en el acuerdo de refinanciación.
Según explican fuentes de la compañía a MERCA2, necesitan 475 millones de avales a cinco años para afrontar el volumen de contratación, pero solo pidieron a la banca 100 millones. Básicamente porque saben que no les van a dar más y además, porque de aquí a dos años no necesitan más y tendrían que pagar comisiones por una línea que no necesitan. Así que prefieren ir haciendo peticiones conforme lo vayan necesitando. Además, cuentan con 80 millones garantizados por CESCE de los 100 millones solicitados.
Los siete bancos acreedores (Santander, CaixaBank, Sabadell, Bankia, BBVA, Liberbank y Banco Cooperativo) estaban de acuerdo en un principio en conceder estos avales para que la empresa siguiera desarrollando proyectos, pero según justifican, exigieron un plan de negocio que nunca llegó. Así que estas entidades (sobre todo la que preside Ana Botín, que es la que acumula el 50% de la deuda) cambiaron de opinión y aconsejaron a Orihuela que encontrara un inversor.
Y ENTONCES LLEGA EL COVID
En medio de esta “guerra” entre la banca y Duro Felguera, que intentó durante los dos últimos años negociar con ellos la restructuración de su deuda para obtener los recursos financieros y avales necesarios para seguir adelante, llega la pandemia del covid-19 y lo complica todo aún más. Pero también les puso en bandeja una nueva solución, recibir apoyo público.
El Gobierno puso en marcha un fondo de rescate para ayudar a las empresas afectadas por la crisis sanitaria y la asturiana se convirtió la primera en recurrir a él. El grupo industrial presentó al Gobierno la solicitud de 100 millones antes mencionada, porque consideraba que cumplía los cuatro requisitos exigidos: la mínima posible, que compense perdidas por covid-19, que no incremente el patrimonio de la compañía a 31 diciembre de 2019 y una devolución creíble.
Otro tema interesante es que, en estos últimos meses, es que al calor del rescate y la seguridad que esto aporta, han aparecido varios inversores interesados en entrar en el capital de la compañía. Algo que es perfectamente compatible, pero que no se producirá hasta que la SEPI responda. De hecho, la entrada de inversores financieros será el último paso, tras la respuesta del Ejecutivo y de la banca acreedora.
4 INVERSORES
En concreto, la firma asturiana comunicó a la CNMV el pasado 10 de diciembre que ha recibido cuatro propuestas “no vinculantes” de inversores privados durante el proceso de captación puesto en marcha por la compañía y dirigido por Alantra.
La compañía explicó que solo han tenido en cuenta las ofertas de aquellos inversores que hayan firmado el acuerdo de confidencialidad, también conocido como NDA por sus siglas en inglés (Non-Disclosure Agreement) y entraron en el proceso de manera legal. Pero no desveló el nombre de ninguno de ellos.
La duda sobre si Blas Herrero (dueño de Kiss FM) es uno de ellos no se ha despejado, pero apenas unos días antes de hacer oficial este comunicado, Duro Felguera aclaraba que hasta ese momento, no había firmado el NDA, así que no se iba a tener en cuenta. La oferta del empresario asturiano ha sido de las más sonadas en 2020, pero no la única.
También aparecieron en escena el pasado año algunos inversores americanos e incluso DSA Group, la corporación de Emiratos Árabes que un año antes adquirió Vauste, otra empresa asturiana del sector industrial. Actualmente, las ofertas que han pasado el filtro de Alantra están siendo evaluadas, pero el proceso tiene un orden y es: SEPI, bancos e inversores, así que será lo último que desvelaran.
Duro Felguera, que según sus últimas cuentas semestrales, acumulaba una deuda financiera neta de 23,1 millones de euros, siendo la deuda bruta de 92,6 millones de euros y la tesorería de 69,5 millones de euros, tiene esperanza. Confía en que todo siga su curso y planea para 2023 una ampliación de capital exitosa y en la que no ocurra como en la de 2018 (la asturiana hizo una ampliación de capital de 125 millones) cuando los inversores perdieron mucho dinero.