La palabra boicot tiene su origen en Charles Boycott, quien en el siglo XIX, y en plena hambruna inglesa, se negó a rebajar los arriendos que los jornaleros pagaban a su señor. Así que, un grupo de jornaleros decidió no cosechar, los comercios no venderle comida y el cartero dejó de llevarle el correo. Así que no le quedó más remedio que marcharse de Inglaterra. Momento en el que el Times empleó su apellido para designar a la presión ejercida sobre una persona.
Desde entonces viene esa expresión que ha dado lugar al verbo boicotear, que significa en español: impedir o interrumpir el desarrollo normal de un proceso o de un acto como medida de protesta o como medio de presión para conseguir algo.
A lo largo de los años se han producido un sinfín de boicots que, en algunos casos han llegado a cambiar el desarrollo de la historia. Un claro ejemplo de ello, es la acción de Ghandi contra los ingleses en 1915.
En la actualidad, gracias a las redes sociales e Internet se pueden organizar boicots a menor escala, por ejemplo, contra la última película de Fernando Trueba en el cine: La Reina de España.
1La reina de España
El director madrileño, Fernando Trueba, sufre aún las consecuencias de una frase desafortunada pronunciada hace más de un año en el Festival de Cine de San Sebastián: «Nunca me he sentido español, ni cinco minutos de mi vida».
El cineasta ha visto como se ha formado todo un boicot -en redes sociales y whatsapp- alrededor de su último estreno: La reina de España, que llegaba a las salas españolas para convertirse en todo un éxito en taquilla. Los resultados, tras su primer fin de semana de estreno: 400.000 euros de recaudación.