Enagás y Naturgy se ha aliado para desarrollar en La Robla (León) la mayor planta de hidrógeno verde de España, con el objetivo de producir hasta aproximadamente 9.000 toneladas al año de hidrógeno renovable, a partir de una planta fotovoltaica de 400 megavatios (MW) y un electrolizador de hasta 60 MW.
El proyecto, que ha sido presentado en el marco de la candidatura de proyectos de interés común europeo (IPCEI), permitiría así cubrir consumo local, la inyección a la red gasista y posibilitar una futura exportación hacia el Noroeste de Europa.
Y en este nuevo escenario, sólo la disponibilidad de una red gasista que facilite su transporte, y la interconexión entre redes energéticas de gas y de electricidad, confirmarán el despliegue exitoso del hidrógeno. Por tanto, el hidrógeno bajo en emisiones de CO2 se considera ya en los diferentes planes nacionales, así como en el Pacto Verde Europeo, como una pieza importante en la descarbonización de la economía.
Las compañías desarrollarán esta instalación en La Robla, en el entorno de la central térmica que Naturgy clausuró el pasado verano dentro de su estrategia por cerrar la generación con carbón. El proyecto de la incipiente tecnología verde permitirá además ofrecer una solución en el marco de la transición justa al cierre del carbón, que debe conllevar planes de acompañamiento que velen por la continuidad de la actividad y el empleo en las zonas afectadas.
Este proyecto permitirá reducir las emisiones de CO2, al basarse en la producción y uso de hidrógeno verde, y, por tanto, favorecer una mayor penetración de energías renovables en sectores de difícil electrificación.
Las compañías destacaron que con el desarrollo de esta planta demuestran «una vez más su compromiso con la transición energética y con las regiones mineras en el marco de la transición justa tras el cierre del carbón».
Naturgy lleva años investigando en el desarrollo del hidrógeno, ya que el recurso renovable, la infraestructura existente y la posición geoestratégica de España, hacen que el país tenga todo el potencial para convertirse en exportador de hidrógeno en el futuro.
Y es que la exportación de esta nueva energía puede llevarse a cabo a través de la infraestructura gasista actual, lo que permitiría la integración entre la red eléctrica y la de gas, obteniendo un sistema energético más eficiente y resiliente.
Asimismo, el hidrógeno puede transportarse a largas distancias en forma líquida, al igual que ocurre con el gas natural licuado (GNL). En un contexto en el que exista una comercialización mundial de hidrógeno, esta forma de transporte y distribución puede ser clave.
Para el grupo presidido por Antonio Llardén, este proyecto se enmarca dentro de su estrategia para el desarrollo de energías renovables no eléctricas, como el hidrógeno verde y el biogás/biometano, como nuevas soluciones energéticas que desempeñarán un papel fundamental en el proceso de transición energética marcado por la Unión Europea.
APUESTA DE ESPAÑA POR EL HIDRÓGENO VERDE
El proyecto se enmarca así en la apuesta de España por el hidrógeno verde, una tecnología con la que se prevén movilizar 8.900 millones de euros en colaboración público-privada en la próxima década.
De hecho, el Gobierno prevé ya destinar más de 1.500 millones de euros procedentes de los fondos europeos para la recuperación al desarrollo del hidrógeno verde en España en los tres próximos años.
Diferentes empresas, además de Naturgy y Enagás, han mostrado ya su decidida apuesta por esta tecnología. Así, Repsol prevé invertir hasta 2.900 millones de euros a 2026 en proyectos de hidrógeno.
Igualmente, Iberdrola ha presentado un proyecto junto a Fertiberia que supondrá una inversión de 1.800 millones de euros y contempla la instalación de 800 MW.
El hidrógeno renovable puede ser competitivo a partir de 2030 si se impulsan políticas adecuadas para incentivar la inversión. Así lo avala la Fundación Naturgy en un nuevo estudio, en el que expertos del Instituto de Investigación en Energía de Catalunya (IREC) reclaman la implantación de una regulación precisa para escalar la tecnología, reducir los costes y atraer inversiones.
España es el país con más potencial de producción de Europa gracias a sus condiciones geográficas y climáticas. Además, la utilización del hidrógeno para convertir la electricidad en gas permitiría también conectar las grandes infraestructuras gasistas y eléctricas.