El sector del retail es uno de los sectores que mayores transformaciones tecnológicas está sufriendo, debido a la fuerte competencia de empresas y a las demandas y hábitos de consumo de los propios clientes.
Una de las últimas tiendas en unirse a estas transformaciones tecnológicas ha sido la empresa textil, Mango, que junto a Vodafone creará un nuevo proyecto para continuar con el despliegue de los probadores digitales
Estos nuevos probadores han sido diseñados a partir de un espejo digital basado en la tecnología de Internet de las cosas (IoT). Los nuevos “espejos mágicos” permitirán a los clientes escanear las etiquetas de las prendas y contactar con el personal de la tienda directamente desde el espejo, para solicitar diferentes tallas. El espejo también sugerirá prendas adicionales para complementar el look del cliente.
Asimismo, empresas como Zara ya pusieron en marcha anteriormente esta novedosa iniciativa: la marca de cabecera de Inditex, desarrolló en 2017 un simulador que permitía al cliente conocer cuál es su talla que más le favorece.
Los procesos de compra tradicionales han muerto
Las empresas son conscientes de que los consumidores cada vez son más reacios a comprar en las propias tiendas físicas. Pero, es cierto que uno de los principales inconvenientes de comprar ropa en internet es que es imposible probársela y comprobar cómo queda puesta.
De este modo, las marcas no son ajenas a este “problema” y durante los últimos años se han esforzado en desarrollar alternativas para sus clientes, como es el caso de los futuristas probadores digitales.
El comercio electrónico ha conquistado a los consumidores españoles, la falta de tiempo y la facilidad de comprar desde cualquier lugar con tan sólo un click, hace que la visita a los centros comerciales o a las tiendas tradicionales sea cada vez menor.
Por otro lado, en el mundo del comercio siempre se ha repetido como un mantra aquello de: “el consumidor es el rey”. Las tiendas deben cumplir las expectativas de sus “reyes”, los clientes cuando buscan productos en la web no toleran escuchar un “lo siento, de eso no tenemos”.
Por ejemplo, Amazon tiene más de 500 millones de productos en su catálogo, y sus clientes, lejos de tomar esto como un sufrimiento, lo ven como un acto de libertad.
Asimismo, los nuevos consumidores cada vez acuden más a los blogs o a los conocidos “influencers” para informarse sobre los productos. Los clientes actuales no acuden al dependiente para preguntar sobre las últimas novedades, sino que siguen al nuevo “influecer” de moda para estar informados.
Los amigos y familiares han pasado a un segundo plano, y ahora los consumidores hacen amigos online comentando y opinando sobre los productos que recientemente han adquirido en la web.
Los nuevos escaparates son las redes sociales y esto se refleja en la cantidad de perfiles de “influencers” que promocionan ropa. Las marcas han encontrado en estos usuarios una nueva herramienta más fácil y dinámica para publicitar sus productos.
En conclusión, es un hecho que los procesos de compra tradicionales están acabados y los probadores digitales son una evidencia más de ello. Los consumidores, ahora más que nunca, detestan la experiencia tradicional de compra y apuestan por la comodidad del click.