La jornada laboral de 4 días, o lo que es lo mismo, de 32 horas a la semana en lugar de 40 horas, está más cerca que nunca. Sobre todo, por los avances digitales y la capacidad de adaptación con el teletrabajo, pero el Gobierno tiene opiniones contrarias de cuándo se empezará a estudiar en profundidad.
La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, recordó hace unos días que este asunto está en el programa de Gobierno de PSOE y Podemos, pero «aún no está en la mesa del diálogo social». Con estas palabras respondía al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, que horas antes aseguraba tener constancia de que el Ministerio de Trabajo lo estaba estudiando, lo que favorecería sin duda «la generación de empleo.
En palabras de Díaz, el programa de PSOE y Podemos ya contemplaba regular los usos de los tiempos y adaptar la jornada a la vida de las personas. «Es un debate del presente y futuro», apuntaba. Pero no se puede quedar solo ahí, también se tienen que estudiar las horas extras o la distribución irregular de la misma, según la ministra.
«Estamos haciendo 6 millones de horas extra a la semana en nuestro país y el 42% de las mismas no se retribuyen. Por tanto, es un debate complejo. Creo que va a ocupar el nuevo tiempo de las relaciones laborales», admitía.
LO TRATAREMOS, PERO NO AHORA
Yolanda Díaz explicaba que, de momento, no se han puesto a hablar con empresarios y sindicatos del tema, pero cumpliendo con el programa, cuando el debate entre en la mesa del diálogo social, lo tratarán.
Además, «está todo escrito», porque ya hay países que tienen «buena experiencia en esta materia». Y en general, en todos los países se está debatiendo el uso del tiempo en el mundo de la empresa. Por eso se mostraba segura de que «no va a haber ningún inconveniente».
Los avances digitales de este 2020 y en concreto, el teletrabajo, han dejado claro que una jornada laboral más corta sería posible. Según explicaba la ministra, el trabajo en remoto durante la pandemia ha demostrado que «aumenta la productividad».
En este sentido, también destacaba que este debate es importante ahora, pero además, es «la clave del futuro». Eso si, con tranquilidad, cuando llegue a la mesa del diálogo social se abordará. La idea es tratar toda la jornada en su extensión y hacerlo con variables de adaptabilidad, con el planteamiento de distribuciones o de flexibilidad interna que sea en una doble dirección, para la empresa pero también para los trabajadores y las trabajadoras.