White Summit Capital, Castleton Commodities International (CCI), Nortegas, Sener y Bizkaia Energía pondrán en marcha en 2022 una planta de hidrógeno verde aprovechando las infraestructuras existentes de gas y electricidad de la central de ciclo combinado (CCGT) de Amorebieta-Boroa, en Bizkaia. El proyecto cuenta con una inversión inicial de 50 millones, aunque el objetivo es ampliar la capacidad de generación antes de 2030 con una inversión total de 300 millones.
Según han informado los grupos promotores en un comunicado, se trata de «la primera planta de hidrógeno verde que aprovecha las infraestructuras de una central de generación convencional y de la red de gas de distribución a nivel nacional». En concreto, se pretende desarrollar una planta de hidrógeno verde con una capacidad de 20 MW, con el objetivo de generar 1.500 toneladas de hidrógeno verde por año provenientes de «fuentes 100% renovables, a través de certificados de origen y PPAs (Power Purchase Agreements) verdes, que evitarán la emisión de más de 12.000 toneladas de CO2 a la atmósfera».
Parte del hidrógeno verde generado se empleará en la propia planta de CCGT, alimentada por gas, de Bizkaia Energía (junto a la que se emplazará la nueva planta de hidrógeno), con el fin de reducir las emisiones de CO2. Además, el hidrógeno se inyectará en la red actual de distribución de Nortegas, donde se mezclará con gas natural, «descarbonizando una parte de los consumos energéticos actuales».
Según han explicado sus responsables, este hidrógeno podrá estar dedicado también, en parte, a cubrir necesidades de suministro específicas de H2 en la industria local, o al almacenamiento de hidrógeno líquido a través de portadores químicos.
Asimismo, se ha proyectado la instalación de una estación de servicio de H2 (hidrogenera) destinada a cubrir las necesidades del transporte de las flotas público-privadas locales de vehículos pesados que podrán ser alimentadas con hidrógeno.
Sus impulsores han destacado que parte de la producción de H2 «podría exportarse o valorizarse a través de la venta de certificados de origen a otros países europeos», así como el hecho de que el proyecto, que será desarrollado a través de «un modelo de gemelo digital», es el primero de estas características para «el desarrollo del hidrógeno como fuente de energía sostenible y clave en el proceso de descarbonización del sector energético español».
AMPLIACIÓN
Para ello, se comprometerá una inversión inicial de 50 millones de euros, que permitirán que la planta comience a operar a finales de 2022, con la intención de ampliar la capacidad de generación a 200 MW antes de 2030, lo que implicaría una inversión total de 300 millones de euros.
Finalmente, han destacado que la planta generará «empleo sostenible en la región, al dotar de un futuro más allá de la generación convencional a las instalaciones actuales de Boroa».