sábado, 23 noviembre 2024

Ni liberar stock, ni fidelizar clientes: Acotex prevé un viernes negro para la moda

Rentable o no, el Black Friday es una campaña tradicionalmente “conflictiva” para los comerciantes. Los empresarios de la moda a favor defienden “que permite aumentar ventas”, los que se oponen a los agresivos descuentos asumen que “las ventas se paralizan las semanas previas con unos consumidores a la espera” de precios tirados y, además, “caen las compras de Navidad, que se adelantan aprovechando las ofertas”. A los ya controvertidos descuentos del último viernes, semana o Black November, según el caso, el coronavirus viene a rematar a un sector en caída libre: “nadie se compra lo que no se va a poder poner”, resume presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil (Acotex), Eduardo Zamácola, en declaraciones a MERCA2.

La caída acumulada en el sector textil enero a octubre, asciende al 42%, y el Black Friday no va invertir la tendencia. “Ni de cerca se recuperan las ventas, vemos cómo hacemos algo tesorería, pero los márgenes son mínimos” para el pequeño y mediano comercio. Y la razón está clara, “no se trata de que el consumidor no tenga acceso a productos de buena calidad y buen precio durante todo el año”, se trata de comprar en un momento dominado por las restricciones de movilidad, en el que “no se puede viajar y las reuniones familiares serán reducidas en el mejor de los casos”, por no hablar de la imposibilidad de celebrar actos, “¿quién se va a comprar un vestido de fiesta?”

Por otro lado, “la pureza de esta campaña ha desaparecido”, manifiesta Zamácola, con una duración que ha oscilado entre un día, a una semana, a un mes completo. Entretanto se ha perdido el valor de la prenda, “se olvida esa parte social” es decir, “la dotación de los atributos ambientales y sociales a tu marca, el valor aspiracional”. El low cost implica muchas veces renunciar a la trazabilidad y a un consumo responsable “por no estar dispuesto a pagar más”, concluye.

A la hora de potenciar el e-commerce, se olvida también con frecuencia el impacto del comercio minorista en el alumbrado de las ciudades. La iluminación de las calles tiene unos los efectos sociales: aumenta la seguridad en la vía pública, se prolonga la actividad en la calle durante horas pese a las horas de luz natural, facilita los desplazamientos y las labores de emergencia. En definitiva, la iluminación urbana y el buen estado de la vía pública es importante para la vida en las ciudades, sobre todo en materia de seguridad, y se mantienen gracias al tránsito que genera la actividad comercial en las calles.

NI LIBERAR STOCK, NI FIDELIZAR CLIENTE

El Black Friday no ha sido ningún año, ni de lejos, la panacea para las dolencias del negocio de la moda, pero este año, con una pandemia de por medio, hasta los argumentos más favorables a los agresivos descuentos se contagian de realidad. ¿El sector de la moda tiene este 2020 necesidad de liberar stock? Huelga la respuesta. Este año menos que nunca. Generalmente se ofertan «los artículos que a estas alturas de temporada ya no se van a vender».

¿Fidelizar clientes? “La peor forma de fidelizar clientes es bajar precios” responde Zamácola, “la atención y el servicio” son las maneras adecuadas de generar y fijar confianza pero, conservar a los clientes “a base de bajar precio, es peligroso y a largo plazo es poco efectivo”, además para la empresa “resulta inviable e insostenible porque no deja márgenes”.

MÁS GASTOS, MENOS INGRESOS Y SIN IMPACTO ONLINE

Los comercios de sector textil realizaron una importante inversión en pro del cumplimiento de las medidas sanitarias, “los comercios son los lugares más seguros, no hay contagios asegura Zamácola, “pero con un turismo internacional inexistente y un turismo nacional muy limitado, el consumo retraído y restricciones de aforo en las reuniones, el sector está bajo mínimos, en modo supervivencia».

Y no nos engañemos, la bicanalidad en las ventas está implementada en el negocio de la moda desde hace años, ninguna empresa percibe el comercio online como competencia, “lo que ocurre es que no se está incrementando, porque el problema no es el canal, el problema es que el consumidor está encerrado en casa, no necesita ropa para salir, viajar o ir a trabajar”, insiste el presidente de la patronal textil.

Además, en este sector triunfa el formato presencial “la venta online de moda supone entre en 8% y el 10%”, en caso de que se hubiera disparado, algo que no ha ocurrido, tampoco sería la solución.


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