miércoles, 11 diciembre 2024

Las roturas de stock tienen un coste en el ecommerce: más de 55.000 M€

Llegan dos momentos clave para las ventas tanto físicas como online. En este último apartado, el Black Friday está a la vuelta de la esquina. Y la Navidad está llamando ya a la puerta. Dos momentos en los que, para sectores como la moda y el calzado, pueden llegar a suponer entre el 40% y el 50% de las ventas totales en el ecommerce.

Volviendo al mundo online, es indispensable que el consumidor consiga lo que está buscando. Si entra en una tienda online, y no encuentra el producto y la talla que le interesa, lo más probable es que no se acabe convirtiendo en cliente, y acabe abandonando el proceso de compra. Y eso conlleva un coste.

El hecho de que no haya stock provoca una pérdida anual de más de 55.000 millones de euros en los ecommerce de moda y calzado a nivel global, según uSizy Smart Business. Y pone el siguiente ejemplo: una tienda online, con una facturación de 10 millones de euros al año, las roturas de stock pueden suponer que su caja deje de ingresas más de 1,2 millones de euros.

“Diversos estudios del sector, como los realizados por la Harvard Business School, coinciden en que, ante una situación de rotura de stock, en torno al 9% de los usuarios renunciará a la compra, un 37% comprará producto de otra marca, y un 21% buscará ese mismo producto en otra tienda online”, señala Iñaki García, cofundador y CEO de uSizy.

PERDER AL CLIENTE

La gestión eficaz y una mejor previsión del stock es determinante para que un establecimiento online acabe no sólo captando a un posible cliente, sino también retenerlo. De no conseguirlo, las consecuencias pueden ser devastadoras. “Si la situación de rotura de stock se repite hasta en tres ocasiones con el mismo cliente potencial, su rechazo y frustración aumentará. Un 70% no volverá a intentar comprar más en ese commerce”, añade Iñaki García.

¿Cuáles son otras consecuencias de las roturas de stock? Además de una pérdida de alrededor un 10% de sus ingresos, también supondrá una reducción en la satisfacción del cliente y, por ende, que esta se vuelva infiel. Motivos más que suficientes para que acabe yéndose a la competencia.

“A estos datos habría que sumar los costes derivados de la gestión del overstock, esas tallas de determinados productos que no se venden y que están ocupando un espacio en los almacenes que la compañía necesita emplear para las nuevas colección”, comenta el cofundador y CEO de uSizy. La consecuencia es que acabará vendiéndolo con un margen de ventas muy bajo o, incluso, a pérdidas. Incluso cabe la posibilidad de ser destruido.


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