Repsol presentará el próximo jueves, día 26 de noviembre, su nuevo plan estratégico para el periodo 2021-2025, con el claro objetivo de acelerar su transformación a la meta de ser una empresa cero emisiones netas en 2050.
El escenario planteado por la actual crisis del coronavirus, en un sector como el petrolero muy impactado por la pandemia, obligó en marzo a la compañía a aplazar el lanzamiento del plan, previsto en un principio para mayo, pero ahora Repsol presentará una ‘hoja de ruta’ todavía más ambiciosa de la que podría haberse podido pensar entonces, ante la aceleración provocada por el Covid-19.
A finales del año pasado, el grupo ya dio un viraje importante en su estrategia al convertirse en la primera empresa del sector en asumir esa meta de cero emisiones netas en un horizonte a tres décadas, en concordancia con el Acuerdo de París, y llevó a cabo también una reducción en el valor de sus activos de 4.800 millones para adaptarse a esa transición ‘verde’.
De esta manera, los próximos cinco años para Repsol estarán marcados por «una aceleración en el desarrollo de proyectos de energía renovables con el objetivo de no ser tan dependiente de los combustibles fósiles«, señala Joaquín Robles, analista de XTB, quien subraya que, ya en esta senda, en lo que va de año la compañía ha gastado 199 millones en nuevas explotaciones petroleras, frente a los 300 millones en proyectos relacionados con energía limpia.
Este paso de ‘gigante’ en renovables, dando así continuidad a lo que supuso su entrada en el negocio de electricidad con la compra en 2018 de activos de Viesgo para consolidarse como un actor relevante, lo constató a finales del año pasado incrementando en 3.000 megavatios (MW) su objetivo de capacidad de generación de electricidad baja en carbono, hasta los 7.500 MW en 2025.
RENOVABLES
De hecho, el grupo presidido por Antonio Brufau cuenta ya con una cartera de siete proyectos renovables en la Península Ibérica que, en distintas fases de desarrollo, suman más de 2.300 megavatios (MW), que se unen a los casi 3.000 MW de capacidad total instalada con los que cuenta actualmente.
Asimismo, la energética prevé llevar a cabo el proyecto de ampliación de la central hidroeléctrica de bombeo de Aguayo (Cantabria), con lo que aumentará su capacidad hasta los 1.360 MW, lo que representará una inversión de unos 600 millones de euros y será uno de los proyectos ‘estrella’ de este plan para impulsar las renovables.
En este mismo sentido, Repsol también dio el pasado verano otro paso adelante más en esta estrategia con la expansión internacional en renovables a través de un acuerdo con el Grupo Ibereólica Renovables que le da acceso a una cartera de proyectos en Chile que esta compañía tiene en operación, construcción o desarrollo, de más de 1.600 MW hasta 2025, y la posibilidad de superar los 2.600 MW en 2030.
Para seguir financiando este crecimiento en energías ‘verdes’, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, no descartó recientemente incluso futuras alianzas o una salida a Bolsa del negocio.
Pero esa apuesta de Repsol por ser una ‘multienergética’ y cada vez más ‘verde’ va todavía más allá, pasando también por una transformación en el sector industrial.
Así, la petrolera ya ha lanzado la construcción en su refinería de Cartagena de la primera planta de producción de biocombustibles avanzados de España, en la que invertirá unos 188 millones de euros, así como dos proyectos para su refinería de Petronor en Bilbao, basados en la producción de combustibles sintéticos cero emisiones netas a partir de hidrógeno renovable y en una planta de generación de gas a partir de residuos urbanos.
Y es que la ‘hoja de ruta’ de la compañía pasa por garantizar el futuro industrial de sus cinco refinerías en España -Cartagena, A Coruña, Bilbao, Puertollano y Tarragona- por medio de esa transformación para que formen parte de una economía más descarbonizada.
En este sentido, Imaz ya adelantó esta semana que Repsol prevé realizar inversiones por entre 2.200 y 2.900 millones de euros en el periodo 2021-2026 vinculadas a proyectos de la cadena del hidrógeno.
Esta mayor intensidad de capital para financiar el crecimiento en renovables supondrá un menor peso en sus inversiones del negocio del ‘upstream’ (exploración y producción), aunque jugando todavía el crudo un papel importante en el futuro del grupo.
RECORTE DEL DIVIDENDO, PERO UNA REMUNERACIÓN «ATRACTIVA».
En lo que se refiere al dividendo, el consejero delegado de Repsol ya ha reiterado que la compañía ofrecerá a sus accionistas en el periodo de su nuevo plan una remuneración que será «atractiva», ya que se trata de «uno de los pilares de la estrategia» del grupo.
De todas maneras, los analistas apuestan por «un recorte» con respecto a la actual retribución a los accionistas en el corto plazo, indicó Luis Padrón de la Cruz, de Renta 4.
A pesar de ese previsible recorte, Andrés Aragoneses, de Singular Bank, subraya que «la compañía ha reiterado en los últimos meses que uno de los objetivos pasaba por ser atractivos en la remuneración al accionista respecto a otras compañías de la competencia y que los dividendos sean financiados con caja y no deuda, manteniendo una sólida posición de balance y flexibilidad financiera».