Este miércoles se ha celebrado el Día Mundial de la EPOC, fecha promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por la Iniciativa Mundial contra la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.
Su objetivo es promover en todo el mundo una profunda comprensión de esta enfermedad y una mejor atención a los pacientes.
Según prevé la OMS, en el año 2030 la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) será la tercera causa más importante de mortalidad en el mundo.
Para el doctor José María Echave-Sustaeta, jefe de servicio de Neumología del Hospital La Luz de Madrid, los principales factores de riesgo son el tabaquismo, la contaminación del aire y la inhalación de partículas de polvo.
En el último estudio español sobre la prevalencia de la EPOC, EPISCAN II, la prevalencia de la EPOC entre 40 y 80 años fue del 11,8%, y en la comunidad de Madrid, fue mayor en mujeres que en varones. El 75% de los pacientes no estaba diagnosticado, y el 27% de los sujetos diagnosticados de EPOC eran no fumadores. «Por tanto, hay que pensar que esta enfermedad afecta también a mujeres, en no fumadores y recordar que con el nivel de alerta que tenemos hasta ahora, 3 de cada 4 pacientes, no han sido diagnosticados», advierte el doctor Echave-Sustaeta.
Este experto matiza la importancia de fomentar normas de vida saludable en todos los pacientes con EPOC, mantener el peso adecuado con una dieta equilibrada, realizar actividad física y evitar el tabaco. «Esta enfermedad que consiste en un daño del pulmón progresivo crónico no es curable, pero diagnosticada a tiempo puede retrasar su avance».
La EPOC es una enfermedad que no se originó en edades avanzadas, como siempre se ha mantenido, sino por alteraciones en el desarrollo en edades tempranas, lo que puede suponer hasta un 50% de los pacientes con EPOC.
El jefe de servicio de Neumología del Hospital La Luz afirma que alrededor de un 7-10% de los adolescentes presentan niveles reducidos de función pulmonar y los adultos jóvenes con funciones pulmonares alteradas incrementan un riesgo de padecer otras enfermedades no respiratorias y muerte temprana.
Por ello, el doctor recomienda hacer una espirometría basal, prueba diagnóstica barata y no invasiva en la que se objetiva una obstrucción bronquial, desde edades tempranas. «En la niñez y adolescencia para identificar a estos sujetos con funciones pulmonares alteradas y mayor riesgo de desarrollar EPOC. Con los resultados de esta prueba, peso del paciente y la capacidad de ejercicio, entre otros, se diagnostica la gravedad de la EPOC», matiza.
En los estudios de prevalencia, alrededor del 5% de los pacientes tiene una EPOC grave o muy grave, un 38% moderada y un 57% tienen EPOC leve. «A medida que la enfermedad avanza, los síntomas empeoran produciendo tos, dificultad para respirar, sibilancias y opresión en el pecho», describe el especialista.
La mayor parte de los pacientes con EPOC tienen enfermedades crónicas concomitantes, vinculadas a los mismos factores de riesgo, tabaco, envejecimiento e inactividad. «Además, la hiperinsuflación, puede afectar a la función cardiaca y el intercambio gaseoso, y el proceso inflamatorio sistémico acompañante, puede iniciar y/o empeorar comorbilidades como la cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca, osteoporosis, disfunción muscular esquelética, anemia, diabetes y síndrome metabólico», reconoce el especialista del Hospital La Luz.