El concepto de marca personal se ha convertido ya en algo bastante habitual en el mundo del emprendimiento. Constantemente se les dice a los emprendedores que prestan servicios que deben convertirse en su propia marca. Sin embargo, es normal que esto dé lugar a algunas dudas.
Este concepto no es nada nuevo, pero ha experimentado un gran desarrollo con el auge de las redes sociales, que son canales en los que se puede trabajar muy bien. Pero, ¿por qué es tan importante potenciar la propia marca y cómo podemos hacerlo si no somos especialistas en marketing? Esas son las dudas que vamos a tratar de responder a lo largo de este artículo.
¿Qué es la marca personal y qué la hace tan importante para el emprendedor?
Se trata ni más ni menos que de la forma en la que los consumidores perciben a un profesional. Es algo similar a la reputación pero que, en realidad, va un paso más allá.
Para empezar, es necesario que el profesional se vea a sí mismo como si fuera un “producto” con el que trabajar. Si antes de lanzar un nuevo producto al mercado hay que analizarlo para hacer valer sus puntos fuertes, con el emprendedor ocurre exactamente lo mismo.
Tiene que ser capaz de analizarse y detectar tanto sus puntos débiles como sus puntos fuertes y con esa información empezar a construir una marca. Consiguiendo así que los consumidores piensen de él justo lo que él quiere que opinen.
Porque no podemos olvidar que en el proceso de construcción de una marca hay cuestiones que escapan a nuestro control. Un profesional puede trabajar mucho en presentarse como un experto que ofrece un servicio de la mayor calidad, pero puede encontrarse con que su reputación no crece todo lo rápido que le gustaría o incluso se ve afectada por comentarios negativos.
Por eso, lo principal es tener muy claro dónde se quiere llegar en el proceso de construcción de la marca personal, para poder determinar después qué acciones convendría llevar a cabo para lograr los objetivos marcados.
Todo esto implica mucho trabajo y esfuerzo, lo que lleva a muchos emprendedores a preguntarse si realmente merece la pena contar con una buena marca personal. A este respecto tenemos que decir que al desarrollar una marca propia lo que estamos haciendo es poner en valor aquellos atributos que nos hacen únicos como profesionales en un determinado área.
Al final lo que buscamos es proyectar una imagen acorde a lo que queremos que los consumidores piensen de nosotros, para conseguir así que nos valoren y que estén más dispuestos a adquirir lo que podemos ofrecerles.
Ahora que ya conoces la importancia de este factor, es hora de entrar de lleno en el mundo del personal branding, pero ten en cuenta que en la mayoría de los casos no será un proceso ni rápido ni sencillo. Eso sí, una vez que tengas tu marca creada, habrás dado un importante paso para ganar ventaja competitiva y ya solo tendrás que dedicarte a intentar mantenerla o incluso mejorarla.
Define bien los objetivos
Cualquier estrategia de marca debe arrancar siempre con la definición de las metas a alcanzar, puesto que solo así podemos determinar qué pasos debemos dar para conseguirlos.
No basta con pensar que tu objetivo es tener una marca personal, debes tener muy claro cómo quieres ser percibido como profesional por tus posibles clientes. Para ayudarte a definir tus objetivos puedes plantearte cuestiones como: ¿cuáles son tus objetivos a nivel profesional? ¿Dónde te gustaría estar con tu negocio en cinco años?
Seguramente al final tendrás una larga lista de objetivos. En este caso tendrás que simplificarla y centrarte solo en unos pocos. No quiere decir que abandones el resto, pero ya sabes que quien mucho abarca poco aprieta. Para desarrollar una buena marca personal céntrate primero en los objetivos más sencillos y una vez que los hayas conseguido puedes seguir avanzando.
Determina cuál es el público potencial de tu marca personal
La marca que quieres desarrollar debe adaptarse a lo que buscan aquellos que pueden ser clientes potenciales de tu negocio. Conociendo a tu público sabrás mucho mejor qué es lo que les gusta y qué cosas son las que ayudan a generar confianza con él.
Conocer a tu público potencial es fundamental a la hora de poner en marcha tu negocio, y seguramente ya hayas hecho un estudio sobre él al elaborar tu plan de negocio, así que es hora de recuperar esa documentación y echarle un vistazo para ver cómo pueden encajar los objetivos que te has marcado con el perfil de tu cliente potencial.
Define tu forma de comunicación
Hoy en día los canales online son el mejor lugar para construir una marca personal. Puedes hacerlo a través de herramientas como un blog, una web corporativa, participación en foros y, por supuesto, las redes sociales.
En cuantos más sitios tengas visibilidad, mejor, pero asegúrate de que tu mensaje es consistente en todos ellos. Para ello tienes que definir previamente tu forma de comunicación tomando decisiones sobre qué medios de comunicación vas a utilizar, qué tono emplearás, qué tipo de contenido vas a compartir, etc.
Planifica las acciones que llevarás a cabo para crear tu marca personal y monitorízalas
Una vez que sabes qué objetivos estás buscando y cómo va a ser tu comunicación con tu público potencial, es hora de ir planificando acciones concretas.
Esto implica empezar a crear contenido que sea de la máxima calidad posible, elaborar un calendario editorial y compartir ese contenido en todos los canales que sean relevantes dentro de tu estrategia.
Cuando se trata de crear una marca personal no hay que dejar nada a la improvisación, cada acción llevada a cabo debe estar previamente planificada y pautada. Pero no basta con poner la estrategia en marcha, también hay que asegurarse de que las cosas están funcionando.
Por eso, es imprescindible monitorizar las acciones que se llevan a cabo y valorar si se están obteniendo los resultados esperados. En caso de no ser así, habrá que hacer inmediatamente los ajustes que sean necesarios.
Si lo haces bien, al final te habrás convertido a ti mismo en una poderosa marca, y los clientes te elegirán como su profesional de referencia porque verán en ti a alguien confiable y capaz de darles un mejor servicio que la competencia.