La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha sostenido este sábado que la segunda ola del Covid-19 en España está teniendo un impacto económico «menor» que la primera, según todas las estimaciones, y ha defendido priorizar acciones para evitar que los rebrotes redunden en daños estructurales para la economía.
Al clausurar telemáticamente el XXV Encuentro de Economía de S’Agaró, ha subrayado que en los últimos meses «la economía española ha seguido creciendo y creando empleo» –con mantenimiento de las afiliaciones a la Seguridad Social en octubre y noviembre– pese al repunte de contagios del verano.
«Eso demuestra la enorme fortaleza de la economía española y su capacidad de recuperación que ha mostrado en todas las crisis anteriores», pese a las incertidumbres sanitarias y geoestratégicas, ha asegurado.
Además, ha destacado que en las últimas dos semanas se han reducido los riesgos identificados en el cuadro macroeconómico de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), en especial tras el anuncio de la vacuna del Covid-19 de Pfizer.
FONDOS EUROPEOS: «GASTARLO TODO Y BIEN»
Calviño ha afirmado que los fondos europeos son una «oportunidad única» para promover un paquete de reformas ambicioso con el que financiar las políticas tractoras de recuperación, y ha valorado el mensaje de solidaridad que la Unión Europea (UE) ha lanzado con este programa, según ella.
Ha asegurado que «España es el país probablemente más avanzado en el plan de recuperación» a partir de fondos europeos, y que el Gobierno trabaja con las comunidades autónomas y el sector privado para diseñar el plan de recuperación al tiempo que negocia con Bruselas sobre su regulación.
Lo que venga de esos fondos «hay que gastarlo todo y gastarlo bien» –ha dicho–, para lo cual el Gobierno convocará próximamente una conferencia sectorial con las autonomías y prepara un decreto ley que prevé aprobar a finales de año para facilitar su ejecución.
Este decreto ley buscará agilizar la ejecución de la inversión pública desde la diversidad de los proyectos financiados y dar cabida a nuevas fórmulas de cooperación público-privada de la forma más eficaz para un programa «sin precedentes.
PGE Y DEUDA
En ese sentido, ha sostenido que el proyecto de los PGE incorpora un volumen «sin precedentes de inversión pública», con proyectos que se centrarán en movilizar inversión privada, junto a partidas destinadas a fortalecer el Estado del bienestar y proteger a los colectivos vulnerables.
Y ha alertado de la importancia de invertir estos recursos en reformas que aprovechen a las generaciones futuras, para que la deuda no se convierta en un «lastre» para ellas y se reparta con justicia intergeneracional, en sus palabras.
«Hace falta ser muy realista, ser prudente, actuar con serenidad y rigor para afrontar situaciones tan difíciles y excepcionales como las que estamos viviendo desde la primavera», ha dicho, y ha pedido abordarlo minimizando los riesgos de futuro, controlando rebrotes y apoyando a empresas, trabajadores y familias.