La petrolera estatal argentina YPF, expropiada a Repsol en 2012, registró unas pérdidas netas atribuidas de 113.884 millones de pesos argentinos (1.217 millones de euros) en los nueve primeros meses del año, unos ‘números rojos’ que multiplican por cinco las pérdidas de 23.595 millones de pesos (252,2 millones de euros) registradas en el mismo periodo del año anterior, según se desprende de las cuentas trimestrales de la compañía.
Los ingresos de la petrolera crecieron un 2,1% entre enero y septiembre, con 481.713 millones de pesos (5.150,6 millones de euros), con unos costes asociados de 455.089 millones de pesos (4.866 millones de euros), un 17,1% más.
Por negocios, los ingresos del ‘upstream’ cayeron un 31%, con aproximadamente 253.699 millones de pesos (2.712 millones de euros), mientras que el negocio del ‘downstream’ contrajo su facturación en un 30,8%, hasta 454.125 millones de pesos (4.854,5 millones de euros). Por su parte, las ventas de gas y energía registraron una caída del 30,5% hasta septiembre, con 112.885,7 millones de pesos (1.206,5 millones de euros).
PÉRDIDAS DE MÁS DE 1.000 M€
De su lado, el resultado operativo de la compañía entró en terreno negativo con unas pérdidas acumuladas hasta septiembre de 102.135 millones de pesos (1.091,8 millones de euros), frente a las pérdidas de 12.826 millones de pesos (137,1 millones de euros) del mismo periodo del año anterior.
A cierre de septiembre, la deuda total de la petrolera alcanzó los 651.478,7 millones de pesos (6.969,2 millones de euros).
En el tercer trimestre del año, YPF registró unos ingresos de 173.485 millones de pesos (1.856,4 millones de euros), un 3,9% menos en comparación con el año anterior, mientras que el resultado neto atribuido se situó en los 35.466 millones de pesos (379,5 millones de euros), frente a las pérdidas de 12.726 millones de pesos (136,2 millones de euros) del mismo trimestre de 2019.