Uno de los primeros pasos que debemos dar cuando estamos emprendiendo es elaborar un presupuesto que nos servirá como guía para controlar los gastos que tengamos durante los primeros meses de actividad. Elaborar este documento es complicado, porque no tenemos datos anteriores en los que basarnos. Si además es la primera vez que vamos a trabajar por nuestra cuenta, es perfectamente normal que se nos pasen por alto los conocidos como gastos ocultos.
En el presupuesto estableceremos la previsión de ventas y también la previsión de gastos a seis o 12 meses vista. Esto nos permite hacernos una mejor idea sobre si nuestro negocio es o no rentable, incluso antes de que el proyecto se convierta en una realidad. Por eso es tan importante que ese presupuesto esté bien elaborado y consten en él los gastos más importantes.
1¿Qué son los gastos ocultos?
Solo con ver su nombre ya te puedes imaginar más o menos de qué se trata. Son ese conjunto de costes que debes asumir necesariamente para poner en marcha en tu negocio pero que, generalmente, se suelen pasar por alto. Vamos a verlo con un ejemplo que nos ayudará a aclarar este concepto.
Si estás elaborando el presupuesto inicial de tu negocio es posible que hayas incluido gastos típicos como el coste del alquiler, una estimación del gasto medio en suministros como luz o agua, etc. Sin embargo, es probable que no hayas tenido en cuenta otros gastos que vas a tener que afrontar para iniciar tu actividad, como el coste de la escritura pública si creas una Sociedad Limitada o los gastos asociados con la adaptación de tu negocio a la normativa sobre protección de datos.