Para los profanos en la materia, albóndiga procede del árabe. Y, literalmente, significa “la bola”. Bola, pelota, o como se quiera llamar, lo cierto es que es un plato la mar de socorrido y fácil de hacer. Las de toda la vida son las de carne picada (ternera y cerdo, principalmente). Aunque también las hay de pescado o de verduras.
Jonatan Armengol, el único crítico invidente de España, se ha puesto el mundo por montera y ha decidido probar las albóndigas congeladas. Sí, esas que venden en el súper. Y lo ha hecho a palo seco, sin salsa alguna que la acompañe. Quieras que no, la salsa aporta un toque especial. Como decía la canción, “sorpresas te da la vida”.