Los aceites esenciales, tanto de agricultura ecológica como tradicional, sobre todo si son completamente naturales y de grado terapéutico, como son los de Aromium, han ido ocupando un lugar muy importante en la vida diaria de muchísimas personas.
Si nos preguntan si utilizamos aceites esenciales, quizás algunas personas que sí los usan responderían que no. Y es que estos aceites están tan normalizados en nuestras rutinas diarias que, a veces, ni nos damos cuenta de que lo son.
Un ejemplo muy representativo es del aceite esencial árbol del té, presente en la mayoría de los hogares, muchas veces junto a las tiritas y el agua oxigenada, como desinfectante habitual por sus efectos antisépticos y antibacterianos, y que usamos para los pequeños granitos, brotes de acné o caspa en el pelo.
Otro aceite esencial de uso muy común es el aceite de romero, con el que siempre contamos para hidratar nuestra piel o para dar masajes.
Pero, ¿qué son los aceites esenciales?
Un aceite esencial es una mezcla de sustancias que se van a biosintetizar de forma natural en su propio medio.
Una de las características que los hace tan beneficiosos para numerosas patologías, es que están muy concentrados.
Es por esta alta concentración que los aceites esenciales son tan potentes aromáticamente, sobre todo cuando son puros, es decir, sin ningún tipo de mezclas ni aditivos.
Beneficios de los aceites esenciales
La aromaterapia es un método de tratamiento completamente natural, que sirve de apoyo a numerosos tratamientos médicos convencionales y que mejora muchos tipos de sintomatologías, entre las que destacan:
- Náuseas: prueba los aceites de menta, cardamomo o jengibre.
- Dolor y molestar general: prueba aceite de romero.
- Ansiedad, estrés y trastornos del estado de ánimo como la depresión: suelen funcionar la hierbaluisa y el aceite esencial de lavanda.
- Problemas respiratorios: muy conocido el uso del aceite de eucalipto para sinusitis, resfriados, tos, laringitis…
- Fatiga e insomnio: el aceite esencial de albahaca es un gran aliado contra la fatiga física y el de lavanda nos ayuda a dormir mejor.
- Dolores musculares: muy interesante el uso de aceite de romero para masajes.
- Dolores de cabeza: funcionan bien los aceites esenciales de menta y de lavanda.
- Problemas menstruales: aconsejados el tomillo y el Ylang-Ylang.
- Trastornos menopáusicos: el aceite esencial de lavanda es un clásico y el aceite esencial de ciprés reduce los sofocos. Prueba también el de enebro.
- Alopecia y/o caspa: aceite de romero, aceite de árbol de té,
- Psoriasis y dermatitis: muy recomendados los de mirra, jara y manzanilla.
- Trastornos digestivos: prueba la hierbaluisa o verbena, el aceite esencial de anís estrellado o el de jengibre.
- Dolor de muelas y llagas: indispensable el aceite esencial de clavo.
- Hongos en los pies: aprovecha el efecto fungicida del aceite de eucalipto y el aceite esencial de anís estrellado, o el efecto bactericida del aceite de árbol de té.
La eficacia terapéutica de los diversos aceites esenciales es muy extensa, por lo que debe tenerse en cuenta que aquí solo hemos citado algunos ejemplos, y que muchos otros aceites esenciales pueden ser beneficiosos para aliviar estos mismos síntomas.
En conclusión, los aceites esenciales son un gran complemento en nuestros hábitos de salud, resultandos fáciles de administrar y de conseguir. Sin embargo, debemos asegurarnos de obtener aceites esenciales puros y de calidad, evitando cualquier tipo de mezcla química, que podría interferir en sus propiedades.