Habitualmente, cuando nos planteamos hacer croquetas caseras es como opción para aprovechar alguna sobra. Sin embargo, esta pequeña genialidad de nuestra gastronomía es más versátil de lo que pensamos: puedes congelarlas una vez rebozadas y tirar de ellas cuando te surjan visitas inesperadas o no sepas qué hacer para comer. Ahora bien, conseguir la bechamel perfecta, sobre todo de elaboraciones como las croquetas de marisco, requiere de una serie de pasos concretos. Aprende aquí los secretos y trucos para hacer unas croquetas de marisco que quitan el sentido de forma más fácil y con una bechamel suave.
Las croquetas de marisco se pueden preparar con cualquier tipo de producto: gambas, langostinos, gulas, carne de cangrejo… o lo que puedas tener a mano. Aunque idealmente se utilizarán ingredientes frescos, los mariscos congelados, incluso los preparados para paella, son una buena elección. Eso sí, tendrás que poner especial atención a su descongelado y absorción posterior del agua que sueltan. Veámos el paso a paso de la receta de croquetas de marisco casera.
1INGREDIENTES PARA LA RECETA DE CROQUETAS DE MARISCO
El secreto de unas buenas croquetas de marisco reside en ingredientes de calidad y una bechamel bien cocinada, y que, a la vez, sea suave en la boca. En cuanto al rallado, siempre se puede utilizar el pan rallado, o bien improvisar con panko, que es pan rallado japonés. Para los más creativos, se puede incluso hacer un rebozado de cereales, que, para los niños, es una buena opción.
Para hacer la bechamel de las croquetas de marisco necesitarás:
- 350 g de langostinos
- 500 ml de leche entera (puede ser semidesnatada)
- 70 g de harina de trigo
- 70 g de mantequilla
- 1 cebolla
- 700 ml de agua para hacer el caldo (o 500 ml de caldo envasado, si no tienes tiempo de hacer el fumé)
- 1 pizca de nuez moscada
- 1 pizca de sal
Para el rebozado, utilizaremos los siguientes ingredientes:
- 2 huevos
- aceite de oliva virgen
- harina
- pan rallado (o las opciones que hemos explicitado)