sábado, 14 diciembre 2024

El repentino adelgazamiento de Toblerone y Activia que cabrea a los ingleses

Ya se sabe que en tiempos de guerra toca reducir las porciones de comida y guardar reservas para lo que pueda venir. Así que en esas andan algunas de las empresas de alimentación en el Reino Unido tras el Brexit. El debilitamiento de la libra (de más del 10% frente al euro y del 15% frente al dólar) está encareciendo de forma notable sus importaciones y la compra de materias primas, lo que les provoca el eterno dilema de la inflación. ¿Subimos el precio de venta para mantener el beneficio y nos arriesgamos a perder cuota de mercado? ¿Tomamos otro tipo de medidas que nos permitan mantener el beneficio y el precio?

Un dilema complicado, y más en el caso del Reino Unido, en donde el Banco de Inglaterra prácticamente reza a diario para evitar que las compañías suban los precios generando un aumento inflacionista que no pueda controlar. Así que en los últimos tiempos algunas de las principales empresas de alimentación en el Reino Unido han alineado sus intereses y los del regulador, obteniendo una respuesta negativa para el consumidor. Es decir, igual precio y menos producto.

Nestlé trabaja en una tecnología para reducir el uso de azucar en sus productos y abaratar los costes de producción

Es el caso de Danone y Mondelez, que de forma repentina y sin avisar han reducido el tamaño de sus productos pero han mantenido su precio. ¿La última prueba? En el nuevo Activia que ha salido este fin de semana. El envase ha adelgazado 50 gramos, pero el precio se ha mantenido -según la prensa local- en 1,4 libras.

Una decisión que desde el fabricante de lácteos rechazan asegurando que «forma parte de un relanzamiento del producto, que supone un nuevo packaging. Algo que se decidió antes del verano, aunque se haya visto ahora el resultado».

3ad2185d00000578-3978164-image-m-39_1480331530713De este modo, sigue a pies juntillas los consejos lanzados por el Banco de Inglaterra hace unos meses. Su gobernador Joseph Carney alertó de que tras el Brexit «habría una gran devaluación de la libra y esto conllevaría un aumento de los costes empresariales, por lo que las grandes industrias ya planean un rediseño de muchos de sus productos». Una tendencia que ya habían inaugurado días antes otras marcas. Es el caso de lo que ya se ha bautizado como el Tobleronegate.

De la noche a la mañana la consumidores ingleses se encontraron, a mediados de noviembre, con que la mítica tableta de chocholate había adelgazado. Había perdido cerca del 10% de su volumen, después de que la separación entre triángulos se hubiera ampliado. En concreto, la barra de 400 gramos pasó a tener 360; mientras que la de 170 pasaba a 150.  Algo que generó numerosas críticas a través de las redes sociales:

La compañía se defiende argumentando, como ha hecho Danone, que «es una decisión tomada antes de la votación del Brexit, y ante el incremento de las materias primas. Hemos optado por mantener la calidad y el precio», repiten insistentemente en los distintos mensajes que envían a través de Facebook. No sólo eso, como muestra ponen lo ocurrido con esta edición especial de invierno de Toblerone blanco, que no podrá volver a comercializarse por el aumento de los costes de producción, según informa la propia compañía en Facebook.

Ahora bien, no todas han seguido el mismo camino. Unilever, por su parte, se ha opuesto a esa estrategia. Ha ido a las bravas y ha anunciado que buena parte de sus productos subirán cerca del 10% por el impacto del Brexit.

El Banco de Inglaterra se opone de forma sistemática a que las empresas suban los precios generando un problema de inflación

La caída de la libra ha tenido un efecto esencial, ya que su menor valor ha hecho que el precio de cambio se haya disparado. A ello hay que sumarle la terrible evolución que vienen sufriendo las materias primas en los últimos meses. De hecho, casas de análisis como Goldman Sachs o Rabobank apuestan a que el año que viene habrá un fuerte aumento de precio este tipo de commodities, especialmente del cacao y del azúcar.

De hecho, esta misma semana Nestlé ha anunciado que ya trabaja en una nueva tecnología que le permite reducir el consumo de azúcar en un 40%, pero manteniendo los niveles de dulzor que contienen sus productos. Una nueva patente que acaba de registrar, y que confía en poder aplicar a partir del año 2018.

 

La crisis acaba con la partida de cartas en el bar

 


- Publicidad -