Las empresas familiares han aprovechado la segunda jornada del Congreso del Instituto de la Empresa Familiar para pedir al Gobierno que utilicen la pandemia del Covid-19 para impulsar las reformas pendientes que pueden reactivar la economía española.
María Helena Antolín, vicepresidenta del Grupo Antolín, ha solicitado al Gobierno que «actúe deprisa, porque nos estamos jugando el futuro industrial del país y, para ello, debe aumentar la coordinación con las empresas, las universidades y los centros de investigación si queremos conseguir el objetivo de que el sector industrial pase de representar el actual 16% al 20% del PIB en los próximos años».
Además, en su opinión, «tiene que huirse de cualquier tipo de inseguridad en materia de legislación si queremos atraer a la inversión extranjera».
Por parte del sector turístico ha intervenido Sabina Fluxá, vicepresidenta y CEO del Grupo Iberostar, quien ha pedido un «plan de recuperación para el sector cuya contracción explica la caída del 67% del Producto Interior Bruto (PIB) de este año en España», sin depender solo de la llegada de una vacuna.
No hay que olvidar que un país que ha sido capaz de recibir 83,7 millones de turistas en 2019 es que ha hecho algo bien, y este aspecto lo debería poner más en valor el Gobierno.
Ambas ejecutivas participaron en una mesa de debate titulada «La huella de la pandemia: tres sectores de la economía española encarando la recuperación» en la que también intervino Adriana Domínguez, presidenta ejecutiva y consejera delegada de Adolfo Domínguez, quien puso el acento en que las empresas que sobrevivan a la crisis «será porque darán a los clientes algo diferencial, y no sólo en cuanto al producto, sino también en la forma en que llegan al mercado, a través de nuevas aplicaciones o una elevada atención al cliente.
Por su parte Hilario Albarracín, presidente de KPMG en España, y que actuó como moderador del panel, aseguró en su intervención que «la incorporación de criterios de sostenibilidad, sociales y de gobierno corporativo en la agenda de las empresas familiares ha ayudado a gestionar la crisis y seguirá siendo diferencial. Precisamente, la digitalización y la sostenibilidad son los dos ámbitos principales sobre los que bascula el Plan Europeo de Recuperación, con el objetivo de consolidar el cambio de modelo productivo en Europa.
A todo ello, las ejecutivas añadieron la importancia de la innovación como vector para ayudar en la salida de la crisis provocada por la pandemia, así como de la comunicación constante y transparente, tanto con empleados como los diferentes grupos de interés y, por supuesto, siempre manteniendo los compromisos en materia de sostenibilidad, un asunto que no sólo ha venido para quedarse, sino que se ha reforzado con la crisis de la Covid-19.