La reina Letizia vive en la constante dualidad de ser humana o divina, ser aristócrata o ser ciudadana, ser periodista o ser Reina. Al fin y al cabo, tiene claro que su vida ya no es la de antes por muchas normas que le hayan venido impuestas, eso sí: humana, aristócrata y Reina de España, ahora es ella quien pone las normas, no solo las de dentro de Zarzuela sino también las de fuera.
1Letizia se salta el protocolo por una buena acción
El diccionario de la Real Academia Española de la lengua define ‘protocolo’ como el «conjunto de reglas establecidas por norma o costumbre para ceremonias y actos oficiales o solemnes». Letizia llegó a Casa Real sin conocimientos protocolarios, pero son casi quince años dentro de la Zarzuela. Un cuarto de su vida abrazada por los muros del (otro) Palacio Real han hecho que la reina, llegados a este punto, ya sepa cuándo tiene que saltarse el protocolo y cuándo no.
Sus apariciones públicas podrían podrían definirse, casi, como una una perfecta coreografía donde los periodistas saben dónde su lugar, la policía el suyo y la escolta privada de la Casa Real, por supuesto no solo está a escasos centímetros de ella sino a varios kilómetros a la redonda. ¿Qué caos supone que Letizia se salte el protocolo? ¿Cuándo lo ha hecho y por qué? Atención a las meteduras de pata que la alejan del Olimpo y la acercan al lugar de donde proviene: el pueblo.