La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, ha alertado del riesgo de que la crisis derivada de la pandemia genere una «generación pérdida» en los países de bajos ingresos, al tiempo que ha insistido en que la recuperación será «difícil» y «desigual».
«Tras nueve meses de pandemia, todavía estamos lidiando con la ‘oscuridad’ de una crisis que se ha llevado más de un millón de vidas y ha puesto del revés la economía, causando un repentino y elevado desempleo, un alza de la pobreza y el riesgo de una ‘generación perdida en países de bajos ingresos», ha subrayado Georgieva.
Durante su intervención este miércoles en las Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial, Georgieva ha presentado su Agenda Global de Políticas, que marca las prioridades del Fondo para los próximos seis meses. La directora gerente ha insistido en que los países tienen que mantener las «medidas esenciales» para proteger vidas y medios de vida.
Georgieva ha indicado que la recuperación económica solo será posible si la pandemia es derrotada en «en todos lados». En una pandemia, la economía global únicamente es tan sólida como el más débil de sus miembros», ha apostillado. Debido a esto, la búlgara ha instado a fortalecer la cooperación internacional para acelerar el desarrollo de la vacuna y mejorar el acceso de todos los países a ella. Según los cálculos del FMI, un progreso más rápido en soluciones médicas podría acelerar la recuperación y añadir 9 billones de dólares (7,655 billones de euros) al PIB mundial para 2025.
Otra de las prioridades del Fondo será incentivar las reformas para crear economías «más resilientes e inclusivas». En este sentido, Georgieva ha indicado que los estudios recientes del FMI indican que la inversión pública, especialmente en proyectos ‘verdes’ y de infraestructura digital, puede ser un punto de inflexión. Además, los gobiernos tendrán que apoyar a los trabajadores a medida que transicionan desde sectores en contracción hacia otros en expansión.
En este sentido, Georgieva ha indicado que el FMI mejorará su asesoría sobre políticas macroeconómicas para recomendar una modernización de los sistemas fiscales que lidien «efectiva y justamente» con los «desafíos» de la digitalización, atajen la desigualdad, apoyen la recuperación y, cuando sea necesario, eleven la progresividad fiscal.
Pese a que el FMI ha instado a que es necesario mantener los estímulos y apoyos, también ha puesto el acento en que es necesario lidiar con la elevada deuda pública. Aunque para los países ricos este imperativo será un desafío a medio plazo, para los países pobres es una urgencia a corto plazo. Debido a su elevado nivel de endeudamiento, que impide mantener ciertas políticas necesarias, el FMI ha recomendado permitir a dichos países acceder a más subvenciones, créditos concesionales y medidas para aliviar la carga de la deuda.