La mascarilla te acompaña a todas partes, o debería por tu bien, pero es innegable que resultan molestas, especialmente cuando se llevan durante muchas horas. Las molestias más frecuentes son la sensación de falta de oxígeno, las marcas en la cara y los problemas de la piel, los problemas bucales, y también el dolor o las rozaduras de las orejas por las gomas de sujeción.
Pero ya sabes que no llevarla no es una opción, ya que los problemas derivados de no ponértela podrían ser mucho peores. Eso no quiere decir que no haya trucos y accesorios para que su uso sea algo más llevadero…