sábado, 23 noviembre 2024

La venta de activos ronda a las hoteleras: Hotusa renuncia en Lisboa

En algún momento la venta de activos en propiedad se pone sobre la mesa de los directivos de las grandes cadenas hoteleras, bien como último recurso, bien como salvavidas inmediato. Proteger la caja -eludiendo inversiones de final de obra- e inyectar liquidez en un momento de apuros han decantado la balanza del Grupo Hotusa para poner a la venta dos hoteles en construcción en Lisboa. Los futuros Hotel Eurostars Parque de las Naciones y el Hotel EXE cambiarán de propietario, pero no necesariamente de gestión, pues el comprador podrá optar por la venta libre o por un acuerdo de posterior explotación con el actual propietario –sale and leaseback-.

La finalización de las obras de los dos activos en venta de la hotelera española está prevista para el segundo semestre de 2021. Hotusa ha encargado a la consultora CBRE su venta para paliar la situación financiera que atraviesa el Grupo.

El proceso de venta de los activos portugueses se ha denominado Derby Project y tiene su origen en el momento que atraviesa la hotelera, como otros grupos del sector de los alojamientos turísticos, debido a la pandemia.

Precisamente para resistir a la crisis económica derivada de la sanitaria, durante el verano, la hotelera ha refinanciado sus préstamos bancarios, se ha acogido a los avales del ICO y ha registrado un programa de pagarés, con este respaldo público, de hasta 100 millones de euros.

Pese a todos los esfuerzos, la compañía lleva meses en la cuerda floja a causa de su elevado endeudamiento, que ya a cierre de 2018, se situaba en 741 millones de euros.

MELIÁ, NI CONTEMPLA NI DESCARTA

Las gigantes del alojamiento cohabitan en el mismo territorio inexplorado que ha dejado la pandemia, en el que ni es fácil avanzar, ni todas lo hacen al mismo ritmo, pero que exige constantes decisiones. Entre las medidas recientes, la última de Meliá Hotels International ha sido adelantar el cierre del 85% de sus hoteles de temporada, un mes antes de lo previsto, ante la debilidad de la demanda y los rebrotes registrados en las últimas semanas.

En cuanto al largo plazo, se abren opciones que todavía no conviene desechar. Con todo, la gestión en estos últimos años ha permitido a la hotelera que dirige Gabriel Escarrer afrontar esta situación sabiendo que las bases para la futura recuperación están listas.

El aumento de la exposición internacional -con el 40% de sus hoteles- tendría que suponer un balón de oxígeno para la compañía, puesto que esta circunstancia permite elaborar estrategias diferentes en función de la evolución de la epidemia. Del mismo modo, fuentes conocedoras de la situación explican a MERCA2 que la apuesta por el segmento upscale, en detrimento de planteamientos más premium -ahora mismo el 88% de las habitaciones operan en este régimen-, también representará un impacto positivo por la capacidad de atraer diferentes targets de clientes.

Desde Meliá Hotels recuerdan a MERCA2 que, en su Plan de contingencia frente a la crisis, la cadena ha contemplado una cobertura de liquidez suficiente para resistir durante muchos meses, lo que se estima que se podría tardar en recuperar un nivel “suficiente” de demanda, que permita detener la dinámica de pérdida de valor.

Fuentes de la compañía inciden en que esta cobertura de la contingencia no afecta a la viabilidad del negocio, pero indudablemente ha tenido como consecuencia una elevación del nivel de endeudamiento, que se ha producido, hasta el momento, sin covenants y sin hipotecar ningún activo.

En cualquier caso, en Meliá siguen muy pendientes de la evolución de la pandemia y, en un  contexto así, absolutamente incierto, contemplan “todas las diferentes opciones y alternativas para el futuro, entre las que podría encontrarse la posible venta de algún activo”. Eso sí, en caso de tomar cualquier decisión, la hotelera lo hará una vez se decida sobre el importe de deuda sobre el que se quiere actuar, pese a que actualmente no está sobre la mesa la venta de ningún activo.

Sumido en un contexto inédito, el sector del turismo se ha visto abocado a un negocio bajo mínimos que comparten las hoteleras, del que no todas saldrán ilesas. La crisis sanitaria pondrá a prueba las estrategias presentes y futuras, pero sobre todo las pasadas de las grandes compañías. El margen de maniobra ahora es estrecho en el sector hotelero y cerrarse puertas ante determinadas alternativas, podría resultar, a priori, poco prudente. 


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