jueves, 12 diciembre 2024

Las papeleras por 22 M€ de Sulo Ibérica en Madrid reciben diversas críticas

La llegada de José Luis Martínez-Almeida a la alcaldía de Madrid llegó envuelta en la polémica por el mantenimiento o no de ‘Madrid Central’. Finalmente se reformuló y, al mismo tiempo -y obligado por la realidad-, el Ayuntamiento de la capital aceleró el impulso ‘verde’. Uno de los últimos ejemplos ha sido la instalación de 1.300 papeleras inteligentes, desarrolladas por Sulo Ibérica, y cuyo coste supera los 20 millones de euros. Aunque por ahora ha recibido más críticas que buenas palabras por parte de la ciudadanía.

El proyecto se presentó a finales de julio, y el objetivo era tener repartidas por la ciudad las papeleras para el mes de octubre. Todo ello en una situación social y sanitaria complicada, con la llegada de un segundo rebrote de coronavirus. Y precisamente, esa ha sido una de las primeras críticas. El funcionamiento de las papeleras, que se activa con el pie, necesita en muchos casos de la ayuda manual para su total apertura. Incluso la intuición primera es agarrar la barra que posee en el frente. Algo que contradice la idea de no tocar el mobiliario urbano en estos tiempos de contagio.

Pese a todo, el consistorio madrileño ha puesto mucho esfuerzo para mostrar las bondades de estas nuevas papeleras. Su aterrizaje en Madrid se enmarca como otra de las medidas incluidas dentro de la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360. Estos dispositivos compactadores funcionan con energía solar y evitan el desbordamiento de los residuos a la vez que reducen la frecuencia de vaciado.

Su implantación supone un paso más en la gestión inteligente de los residuos, ya que alguna de estas papeleras permiten la recogida selectiva de envases; compactan los residuos e incluyen sensores para conocer el nivel de llenado y proceder a su vaciado. Por otro lado, permiten avanzar en el objetivo de conseguir un modelo de economía circular basado en la reutilización y el reciclaje. Su incorporación al servicio de limpieza incluye, además, la adquisición de los primeros vehículos cero emisiones y ECO para el mantenimiento de estos dispositivos punteros.

Aunque otra de las polémicas que ha acompañado a las primeras instalaciones tiene que ver con su ubicación y, precisamente, la promoción realizada para dar a conocer las papeleras. Y es que durante algunos días han estado instaladas en puntos simbólicos de la capital como el Palacio Real o la Plaza Mayor. Lugares que tienen una importante gestión manual de residuos debido a su importancia turística. Además, a través de redes sociales también se han vertido críticas sobre la ubicación, sobre todo en las principales vías dentro de la ‘almendra central’, dejando de lado las zonas del extrarradio, precisamente donde mayor densidad de población existe.

¿ALTO COSTE SIN CULTURA DE RECICLAJE?

Por último, el tercero de los problemas que están reportando los madrileños, y que ha podido constatar este medio, es que la gente no acaba de entender la cultura del reciclaje y es habitual encontrar cualquier tipo de residuo saliendo por los bordes de estas papeleras inteligentes.

De ahí que muchos se pregunten si tiene sentido el elevado coste de estas papeleras de Sulo Ibérica, uno de los grandes proveedores de las administraciones públicas en meteria de recogida de basuras y residuos, cuando la gente hace lo quiere.

En concreto, el gasto del contrato que se ha adjudicado a Sulo Ibérica S. A. se distribuirá por anualidades hasta 2024: 2,5 millones de euros en 2020; 6,8 millones en 2021; 5 millones en 2022; 5 millones en 2023 y 2,5 millones en 2024.

Como novedad, el contrato incluye el suministro, instalación, mantenimiento, limpieza, conservación y gestión de las 1.300 papeleras compactadoras solares, además de 66.334 papeleras Cibeles (el modelo habitual en Madrid). También incorpora e incrementa el suministro de bolsas biodegradables hasta llegar a 120 millones anuales, 12.000 sensores de llenado para otras papeleras y 6.040 sensores para los expendedores de bolsas en papeleras de excrementos caninos.  

En cuanto al contratista, está en un momento bastante bueno. Sulo Ibérica facturó en 2018 -último ejercicio que consta en el registro mercantil- 34 millones de euros, un 6% que el año anterior, según datos de Insight View. El beneficio se eleva a los 2,3 M€, todo respaldado en una fuerte estrategia de colaboración con las administraciones pública y contratos que tienen una duración media de entre 2 y 8 años.


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